Comedias sobre lo fantástico: un sub género brillante para ver en Max
En los 80, surgió un tipo de comedias en las que gente común tenía que enfrentarse con amenazas sobrenaturales y extraterrestres sin dejar de ser, justamente, "gente común". Esa comedia fantástica que tuvo su auge hasta los años noventa tiene grandes películas, y se pueden descubrir en Max.
Hay un género que comenzó a gestarse en los años ochenta, gracias a que en esos tiempos primó sobre todo la mezcla de géneros combinada con el gran espectáculo. Se trata de la comedia fantástica, no como la ejercía Hollywood en el período clásico -donde había filmes cómicos de fantasmas o parodias de monstruos- sino otra cosa: la aparición de lo imposible en medio del caos cotidiano y enfrentado por gente totalmente común. Del contraste entre lo raro que es el mundo y lo poco "solemne" que, en tal contexto, queda lo extraordinario surge este tipo de comedias que hoy no abundan tanto pero que fueron un paso importante para renovar ambos géneros. Gracias al acervo de Max, casi se puede armar una historia de este matrimonio.
La película clave, la que inició todo, fue Los Cazafantasmas, de 1984. Ese filme tuvo algunas novedades, por ejemplo ser el primero -o uno de los primeros- que se vendió a través de su canción-tema (el machacón himno pop de Ray Parker Jr.) antes que por las imágenes en sí o los trailers. La idea era que el elenco fuese todo de Saturday Night Live, pero se retrasó por la muerte de John Belushi. Finalmente, el realizador Ivan Reitman, que básicamente "inventó" el género, la hizo con Bill Murray, Dan Ayckroyd, Harold Ramis y Ernie Hudson. La mezcla de terror lovecraftiano, con dioses arcaicos, cuatro tipos en busca del mango y la Manhattan surreal y cotidiana creó una forma de contar absolutamente nueva. Sigue funcionando.
Beetlejuice, la original de 1987, venía un poco en esa vena y le permitió a Tim Burton, con su segundo largometraje, acercarse a su primer amor: el cine de animación en stop motion y el cartoon clásico. Aunque no tiene una trama perfectamente definida, es una serie de secuencias sobre una pareja (Alec Balwin y Geena Davis) que no se da cuenta de que está muerta, ven invadido su hogar por compradores frívolos y contratan a un "exorcista de gente", ese personaje desaforado, "olmedístico", creado por Michael Keaton. La combinación macabro-cómico es sensacional.
Más adulta y más, mucho más negra, es una que tuvo la mala suerte de llegar antes de tiempo, fue un fracaso en su estreno y se convirtió en un clásico total que nadie deja de ver. La muerte le sienta bien, protagonizada (nada menos) por Meryl Streep, Goldie Hawn y un perfecto y conmovedor Bruce Willis "a contrapelo" de sus héroes en musculosa, es la historia de dos mujeres que no quieren envejecer y consiguen un elíxir mágico. En el medio, se mueren, pero eso no las detiene. El momento de la pelea, inspirado en el más clásico y desaforado dibujo animado de la Warner, es de lo mejor que dio el cine fantástico.
En ese mismo año, Joe Dante dio un paso más con sus Gremlins. Gremlins 2, la nueva generación es cualquier cosa menos una secuela del clásico de 1985. No sólo comienza -otra vez el cartoon... - presentada por Porky y el Pato Lucas, parodia la original (Phobe Cates contando un trauma) sino que además toma a esos personajes y destruye a Donald Trump, a Ted Turner (ambos en un solo personaje), los edificios inteligentes, la manipulación genética, la crítica cinematográfica (!), la televisión, el cable, el DVD, el Batman de Tim Burton, el cine de terror, el musical, las modas de los yuppies y mucho, mucho más a puro gag con esos muñecos tremendos. Es una obra maestra, quizás lo mejor que hizo Dante en su carrera.
Hay una película de los noventa que, sin ser una obra maestra, cuadra pefectamente en este esquema y fue un éxito atronador. Se trata de La Máscara, uno de los títulos que lanzó la carrera de JIm Carrey a la estratósfera y de paso hizo estrella a Cameron Díaz. Basada en un cómic de superhéroes (sí, también es una película de superhéroes) la máscara en cuestión tiene el raro poder de transformar a quien la porta en... un dibujo animado de Tex Avery totalmente desaforado y todopoderoso. Casi todo lo que Deadpool hizo un cuarto de siglo más tarde está en esta película que tiene sus problemas narrativos (la trama policial es floja) pero que toma los tópicos de este tipo de narraciones y los pervierte al extremo. Lo de Carrey, incluso pasado tanto tiempo -o quizás gracias a eso- es maravilloso.
Y terminemos con el epítome de esta forma de contar lo raro en el cine: Hombres de negro. También se basa sobre una historieta y es el cuento de un grupo de recontra élite que controla a los extraterrestres que viven en nuestro planeta, además de ejercer como aduana, policías y hasta parteros. La pareja despareja que conformaron Will Smith y Tommy Lee Jones se volvió clásica y, como en Cazafantasmas, la mayor difusión de la película fuera de los EE.UU. vino por el lado de la canción (interpretada por el propio Smith, que además es rapero). Sin embargo, en este caso esta cruza fantástico-humor cotidiano llegó a una especie de autoreflexión. ¿Qué es vivir en un mundo subterráneo lleno de aventuras? La tristeza y el aliento trágico del personaje de Jones es la clave en esta película, que además hace de Manhattan un campo totalmente surreal. Además, dice algo sobre el propio cine, sobre ese mundo inventado en el que fingimos creer. ¿Y si no somos más que una bolita, una pequeña burbuja en una inmensidad absoluta? Al menos, como esta película, podemos ser una burbuja feliz.