Cuatro aventuras sensuales para ver en streaming
El cine erótico es en realidad algo así como un contrabando: detrás del drama o la comedia sobre el sexo, se suelen esconder otras cosas, por lo general satíricas, pero no solamente. Aquí, cuatro grandes películas que tienen el sexo como tema pero van más allá, en la grilla de Qubit.TV.
Una mujer tiene un affaire ocasional. Una mujer es asesinada. La asesina es otra mujer. La testigo es una prostitua. El hijo de la víctima decide investigar. Un psicólogo está en el centro de las explicaciones. Con todo esto, Brian De Palma construyó una reflexión sobre el cine de suspenso parodiando y homenajeando a Hitchcock, se burló del erotismo gratuito, habló del poder del cine para capturar y reconstruir la historia y nos dio diversión sangrienta con una obra maestra. Un clásico con un monumental Michael Caine.
ShowgirlsEl odio que la crítica descargó en esta película, un melodrama y una sátira al mismo tiempo sobre la lucha por la fama entre coristas de Las Vegas, no tiene nombre. El gran burlador Paul Verhoeven se encargó de construir un auténtico clásico que tiene la velocidad y la violencia del mejor Howard Hawks y, aunque muchos dijeron lo contrario, es rabiosamente feminista. De lo más grande que dio el cine de los noventa, y de los peores pecados de la crítica cinematográfica.
Marco Bellocchio es uno de los mayores cineastas contemporáneos. Este drama psicosexual sobre un joven, una mujer comprometida con un preso político y un psiquiatra es mucho más que la exploración sobre el erotismo (atención: es la versión completa, no censurada, con una escena de sexo oral explícito): implica una reflexión sobre el poder político del cuerpo y sobre la potencia del trauma. Como siempre, Bellocchio parece apelar al desborde, pero todo su cine es de una precisión absoluta.
El Imperio de los SentidosEsta película fue un escándalo en Japón y la carta de triunfo del gran Nagisa Oshima en Occidente. A principios del siglo XX, una geisha y un hombre amargado comienzan una relación erótica que deriva en el sadomasoquismo. Pero lejos de ser pornográfica, la película se pregunta por las relaciones de poder y por la pulsión autosacrificial de la identidad japonesa. Curiosamente, basada en un hecho real que capturó la imaginación japonesa por décadas.