Desde principios de diciembre, China se convirtió en el mayor mercado cinematográfico del mundo, sobrepasando por primera vez de manera estable a los Estados Unidos. La diferencia clave consiste en que China eliminó todas las restricciones para su mercado, lo que permitió un notable rebote en la actividad. Pero la verdadera noticia es mucho menos el tamaño del negocio cinematográfico en el Imperio del Medio que lo que sucedió con el cine "no chino" en China. La participación de las películas extranjeras en ese mercado bajó a menos de la mitad, del 35,9% en 2019 (que ya tenía una declinación de tres puntos porcentuales respecto de 2018) a 16,3%. 

Hay dos razones. La primera es numérica: menos filmes de Hollywood con distribución en salas a nivel global, que guardó gran parte de sus "tanques" para un contexto con mayores posibilidades de público (es decir, mayores posibilidades de recuperar los monstruosos costos de producción de los tanques). La segunda, que la tensión económica y política entre China y los Estados Unidos creció mucho durante 2020 (otra vez, la causa es el Covid-19 y la guerra retórica) y el público asiático tuvo menos deseos de ver filmes no chinos.

Mientras que hubo tanques -que cuestan mucho menos, de hecho, que los de Hollywood- en China, películas como The Eight Hundred o My People, my homeland, dramas "nacionales" (el primero, específicamente bélico) obtuvieron recaudaciones por encima de los u$ 400 millones y están entre los filmes más vistos del año pasado. El público los prefirió: de los cuatro grandes "tanques" de Hollywood que se estrenaron en China (Tenet, Mulan -específicamente diseñado para ese mercado-, Soul y Mujer Maravilla 1984) ninguno ocupó el primer puesto de las recaudaciones.

Aún así, el mercado chino, hoy recuperando ímpetu, tuvo una caída interanual del 68,2% respecto de 2019, con una recaudación neta de u$ 3.130 millones (contra u$ 9.200 millones en 2020). Pero el mercado estadounidense tuvo una caída del 80% interanual, con una recaudación neta de u$ 2.280 millones. La diferencia: China parece en vías de rápida recuperación sin necesidad de Hollywood, mientras que Hollywood no puede contar con China -por ahora- para recuperarse. Habrá cambios sustanciales en esta dinámica.