ENFOQUE

La Justicia Social y la Reindustrialización Argentina Parte I

Guillermomoreno

Oportunamente en "El Preciado Tesoro la Justicia Social Parte I" (BAE Negocios 9/10/2023), nos extendimos en la "exégesis" de este concepto.

Habíamos advertido al respecto que en el momento de su mayor euforia al conocerse los resultados de las Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias (PASO), el candidato cuya formula resultaba ser la más votada dijo: "que era una aberración por ser injusta, estar precedida de un robo, e implicar un trato desigual frente a la ley".

El escucharlo podría remitir a aquello de: "El Señor ciega a quien quiere perder". Y a su vez, un interrogante afloró:

¿Cuán consciente fue el líder del espacio político emergente de que cruzaba una frontera que lo situaba en las antípodas de construcciones esenciales que, en centenares de años, ha realizado la comunidad nacional?

Por ello es relevante reflexionar en rededor de cómo se plasma

La "Justicia Social"

Naturalmente es una derivación del "Principio de Justicia" que debe regir las relaciones inter e intracomunitarias.

En este último caso implica, para poder materializar la libertad económica, la igualdad de oportunidades en el acceso al trabajo y los bienes básicos, la satisfacción de las necesidades elementales (de acuerdo al estado del arte) y un sistema que persiga el pleno empleo de alta productividad para maximizar las oportunidades, los ingresos, eliminar la pobreza y la marginación.

Craso error se comete entonces, si se confunde el verdadero sentido del término.

No es su realización el resultado del intervencionismo estatal, sino que debe alcanzarse a partir del prístino apotegma:

"Los hombres y los pueblos que no sepan discernir la relación del bienestar con el esfuerzo, no ganan el derecho a la felicidad que reclaman"(1) .

Como el concepto "viene de lejos", se puede recurrir también, por lo ilustrativo que resulta, al acápite 201 del "Compendio de la Doctrina Social de La Iglesia"(2):

"La justicia es un concepto que acompaña al ejercicio de la correspondiente virtud moral cardinal. Según su formulación más clásica, "consiste en la constante y firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido". Desde el punto de vista subjetivo, se traduce en la actitud determinada por la voluntad de reconocer al otro como persona".

Claro resulta entonces, lo antitético de este esquema conceptual con el que sustenta la "Escuela Austriaca de Economía" pues, para ésta, "solamente la libertad individual (desconociendo el concepto superior de "bien común") permite lograr un orden social donde los individuos puedan satisfacer la mayor cantidad posible de necesidades particulares".

A su vez, desde la disciplina económica, se debe considerar que el postulado "las necesidades son infinitas y los recursos finitos": es falso, ya que esta aparente restricción, donde se parapeta el pensamiento que propugna la imposibilidad de superar el concepto de escasez que condena a la existencia de "réprobos" y "elegidos", puede y debe ser superada en el tiempo pues, pese a la "naturaleza caída" de la humanidad(3), las "Comunidades" se organizan y caminan hacia un permanente perfeccionamiento mientras se acercan al Creador.

Es en este marco que cada Pueblo debe, dada la base material y espiritual que lo conforma como Nación, resolver cual es el tránsito que garantiza la concreción de la Justicia Social como bien superior.

En el caso que nos compete, será para nuestra Patria .

¡¡La Reindustrialización!!

Como se expresó en "Hagamos Argentina Industrial Otra Vez -Parte II- "(BAE Negocios 12/06/2023), se puede lograr, ya que se cuenta con:

  • un mercado de dimensiones apreciables, apto como plataforma, inicial, de sustento,
  • trayectoria y experiencia en muchas ramas industriales, así como importantes sectores de mano de obra disponible,
  • institutos de formación especializados y terciarios,

y,

  • un sector empresarial capacitado y flexible.

La Industria es la gran proveedora, en forma directa o indirecta, de puestos de trabajo de alta productividad, además de ser la más amplia generadora de procesos de innovación y desarrollo, facilitando la investigación primaria y la especialización en empresas y trabajadores.

Asimismo, convive con otros sectores, productores de materias primas, de elevada rentabilidad: fundamentalmente la producción agropecuaria (en la zona núcleo de la pampa húmeda) y la energía fósil.

Los factores naturales que privilegian la producción de estos commodities constituyen, sin dudas, una bendición, pero lamentablemente, insuficiente para la plena ocupación de las fuerzas productivas nacionales.

Por ello, se hace prioritario iniciar el camino de la "refundación manufacturera".

En aras de esto, es indispensable procurar una macroeconomía consistente, con Superávits Gemelos(4), que facilite la convocatoria a un Magno Acuerdo Social (MAS), donde los dirigentes empresariales, sindicales, religiosos, políticos y sociales alcancen compromisos, a mediano y largo plazo, que abarquen no solo a los precios relativos, los sueldos y salarios, los tipos de interés, las tarifas de los servicios públicos y las tasas, contribuciones, derechos e impuestos; sino también a:

  • la búsqueda de los "mercados de referencia"(5) plausibles para "nuestro buen vivir",
  • la determinión de las "tecnologías convenientes"(6) a utilizar, procurando el mejor "estado del arte",

y

  • la nueva distribución del ingreso, que impida el aumento (perjudicial para la gobernanza del todo social), de la "plusvalía relativa"(7).

De esta forma, el MAS, fungirá como continente del "Segundo Congreso de la Productividad y del Bienestar Social" y como lugar de encuentro armónico entre el movimiento obrero organizado y los empresarios, bajo la pertinente consigna: "el capital no puede subsistir sin el trabajo, ni el trabajo sin el capital"(8).

Así, la Comunidad Argentina incorporará como "un todo" el esfuerzo que demanda tal cometido, que se verá reflejado, si es necesario, en una disminución de los costos primos(9) y en los precios de venta de los bienes y servicios generados.

Aún, estamos a tiempo.

Agradecemos la colaboración de Roberto Nuesch

 

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