Cómo en el clásico de Stevenson , el Dr. Jekyll y el Señor Hyde conviven en un mismo cuerpo. En un cuerpo politico (partido, Gobierno, líder) también conviven muchas ideas y políticas que abrazamos y rechazamos al mismo tiempo y con el mismo furor.

Pude abrazar con pasión el derecho a la identidad, varios enunciados de la ley de medias, y hasta algo de retenciones sin dejar de criticar la pésima técnica jurídica de adquisición de YPF, repudiar el inconcebible alineamiento con Maduro o abominar sobre el tenebroso Pacto con Irán. Lo de la última gestión de Leopoldo Fortunato Fernández lo dejo para otra columna.

Pero mientras las mieles de los resultados económicos y la simpatía ciudadana resiste los exabruptos que desarrollamos en nuestra visión sobre la Discriminación Positiva ( BAENegocios 27/1/25 ) ahora se abre un agujero negro que puede atentar contra las intenciones anarcolibertarias del Presidente de la Nación.

Se habrá notado que extremo el esfuerzo de redacción para no caer en una crítica destructiva, pues reconozco (la mayoría lo hace) que la reducción del gasto y el superávit fiscal no son del estilo menemista y ayudados con la tecnología aplicada al campo, la industria del conocimiento, Vaca Muerta y el Litio, podemos salir un poco mejor que de la convertibilidad (obvio que tienen que llevar el Presupuesto al Congreso).
 

Pero volviendo al problema del Hyde jurídico es que las enunciaciones políticas, los discursos, fotos, selfies, X, presencias, ausencias y reportajes de los líderes, viven en el ámbito de la función gubernativa . La palabra no se transforma en hecho por su solo emisión sonora. Salvo en sentido religioso o militar en campo de batalla.
 

Tan cerca pero tan lejos de ese ámbito gubernativo, es en la función legislativa donde ha decidido el Constituyente que se puede aceptar, rechazar, entrar o salir de un pacto internacional. Antes incluso de la última elección (BAE Negocios 20/08/23) advertimos sobre algunas inconsistencias entre los proyectos de LLA y el derecho constitucional vigente.

Apaciguado (temporalmente) el león , la rebaja de las penas a los femicidas, solo procede por ley. Desarticular oficinas creadas por decretos y vaciarlas de presupuesto es de absoluta incumbencia del ejecutivo. Reducir o readjudicar partidas en hospitales públicos nacionales, también.

Despotricar contra las organizaciones multilaterales es parte del León. Receptar o rechazar sus recomendaciones puede también serlo, en su función como jefe de la Administración. Pero si proceden de acuerdos aprobados por el Congreso , solo se sale por ahí y con mayorías y plazos especiales estipuladas para cada caso. 

Si, además, es un Pacto Internacional de Derechos Humanos , hay que convocar a Constituyente.
Menem lo hizo. Con el dólar a un peso.