La primera película XXX dirigida por una mujer
Cuando hablamos -hace años, prometemos un regreso- de Detrás de la puerta verde, les contamos que fue creada por Artie y James Mitchell, dos hermanos muy emprendedores que decidieron hacer con el cine pornográfico otra cosa además de animar las gónadas de los espectadores. Con Detrás... lograron un filme que bien puede calificarse de experimental, político y surrealista. Con Sodoma y Gomorra, satirizaron con sexo explícito las grandes producciones "bíblicas" que asolaron las pantallas mundiales en los años cincuenta y los primeros sesenta. Pero hay una de sus películas que merece una nota aparte y es Autobiografía de una pulga. La cantidad de rarezas que suma merece, casi, un libro.
Empecemos, entonces, porque en el principio fue un libro. Se trata de un relato pornográfico publicado en 1887 aparentemente en Inglaterra, en una edición limitadísima de 1.500 ejemplares. Tres años más tarde, el libro apareció en Francia. Por supuesto que se trata de ediciones totalmente marginales (hoy cuestan fortunas, dicho sea de paso) y totalmente anónimas. Durante mucho tiempo, el libro careció de indicio de autor. Pero en la década de los ochenta se le adjudicó nada menos que a Julio Verne. Parece que el hombre, entre calamares gigantes, viajes al centro de la Tierra y globos que recorrían África, tuvo tiempo para literatura un poco menos juvenil (o, si quieren, demasiado más juvenil) y escribió el asunto. Hoy ese rumor está en entredicho, básicamente por razones literarias.
En efecto. Autobiografía... narra, como su nombre lo indica, la vida de una pulga que habita en las partes eróticas de una señorita llamada Bella, que es seducida malamente por un caballero. Esa seducción es vista por un cura, que chantajea al caballero. El caballero decide eludir cualquier condena sugiriendo a Bella que haga lo que el párroco le indique. Que es, claro, tener sexo con ella. Hecho que es descubierto por otros dos prelados que exigen trato igual. La chica al final descubre que no está mal eso de usar el sexo para tener una mejor vida entre nobles y sacerdotes del siglo XVIII y se lanza a aventuras cada vez más osadas, que terminan con un equívoco en el que es seducida por su propio padre. Descubierto el incesto y probablemente embarazada la niña, el padre decide que todos los hombres del castillo pasen por su cuerpo. De tal modo, en caso de que haya embarazo, nadie puede estar seguro de quién es el padre. Finalmente, Bella y su amiga Julia ingresan a un convento como monjas y terminan participando de una orgía con 19 sacerdotes.
Es decir: esta novelita erótica era, sobre todo, una feroz sátira anticlerical y contra la nobleza que, todavía a fines del siglo XIX, tenía cierto peso. Pero sobre todo, es una parodia de varias otras novelas inglesas que narran, desde la picaresca, la historia de algunos arribistas. Tom Jones, de Henry Fielding; Fanny Hill, de John Cleland; e incluso obras como el Tristram Shandy, de Laurence Sterne, tienden a reírse de esas clases acomodadas e hipócritas. Autobiografía... es hija de todos esos libros pecaminosos, aunque no tan buena desde el punto de vista de las bellas letras.
La película de los hermanos Mitchell tiene un enorme peso histórico por varias razones. La primera, es una adaptación muy fiel de la novela, narrada en off por la "pulga" (la voz es la de un caballero con mucha ironía) que va contando la concatenación de pecados de la alguna vez inocente Bella. La segunda, fue protagonizada entre otros por John Holmes, un mito del cine porno, y aparece en un rol secundario una de las actrices porno que más y por más tiempo ha abogado por la libertad sexual y de expresión, Nina Hartley, frecuente conferencista en universidades. La tercera, porque tiene un generoso despliegue de decorados, vestidos de época y diseño de producción, no demasiado frecuente en un cine especialmente barato como el pornográfico, realizado para obtener ganancias rápidas y pasar a lo que sigue.
Pero hay una razón más e importante. Autobiografía de una pulga es, probablemente, la primera película pornográfica legal dirigida por una mujer. Se trata de Sharon McKnight. Resulta que McKnight participó en Detrás de la puerta verde y Sodoma y Gomorra, delante y detrás de las cámaras. Finalmente, los Mitchell le dieron la oportunidad de dirigir y salió Autobiografía... Se nota mucho que tiene mano para la sátira, y que en las escenas eróticas es capaz de introducir un humor sardónico que hoy estaría mucho más allá de la corrección política. La película, incluso si tiene algunas fallas en el ritmo, es muy divertida y conserva todo el peso satírico de la novela original. De hecho, si apuran un poco a este escriba, es un raro caso en el que la película es todo lo que la novela y más sin cambiarle una coma. Probablemente porque las escenas porno, descritas con cómica floritura en el texto, funcionan como "bajada a tierra" de todo ese discurso seudo noble que los personajes profieren durante la acción. Y eso genera la comicidad.
McKnight (que firma como "McNight", no confundir con la comediante y cantante del mismo nombre) es una persona importante en el mundo del porno. Nacida en 1956, comenzó antes de los veinte años en el porno y dirigió Autobiografía... al cumplir dos décadas, lo que la pone en uno de los primeros lugares en cuanto a operaprimistas importantes (Orson Welles hizo El ciudadano a los 24, amigos...). Dejó la industria del porno en 2004, pero tuvo que parar porque, en 1996, fue violada. A partir de esa experiencia, cortó un poco los lazos con el medio, estudió y es psicóloga y psiquiatra especializada en sexualidad humana. Volvió luego al porno esporádicamente y hoy trabaja como consejera terapéutica dentro de una industria que requiere una sanidad mental muy fuerte. Así que no solo era una actriz porno bastante linda, no solo una directora con buen ojo para poner la cámara donde correspondía, sino una persona de enorme inteligencia. Una mujer que rompió con una montaña de prejuicios. El filme se puede ver completo en varios servidores porno.