La escena sexual

Superhéroes, cuerpos perfectos y una duda: ¿dónde está el sexo en el cine?

Un artículo estadounidense afirma que, en el cine, nunca los cuerpos han sido más bellos y perfectos, y nunca menos deseables. Algo de razón tiene y esto se extiende también al campo del cine XXX. 

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Mi amigo Bernardo Erlich, gran dibujante, me manda por Twitter una nota encontrada en un medio totalmente desconocido para mí llamado Blood Knife, que se define como "una revista digital sobre ciencia ficción, horror y capitalismo". El artículo en cuestión, firmado por RS Benedict, se llama "Everyone is Beautiful and no one is horny". Traduzco: "todos son lindos y nadie es atractivo (o excitante, mejor)". El texto habla de lo que sucede con el cuerpo humano en el cine y en el entretenimiento audiovisual en general, aunque se concentra específicamente en las películas de superhéroes. Después de tirar dardos contra esas chicas de Hollywood que decían comer a lo bestia y tenían cuerpos finitos y con senos gigantes (y afirmar, como cualquiera que sabe algo de biología, que era imposible tener ese cuerpo sin ayuda artificial), se dedica a diseccionar el estado de las cosas biológicas en las películas que vemos todos. ¿Saben qué? Tiene razón.

Nunca en el cine se vieron cuerpos más trabajados y perfectos. Nunca fueron más bellos. Y nunca fueron menos atractivos al mismo tiempo. Es decir: esos cuerpos no son objetos de deseo sexual. Incluso algunos chistes al respecto (Chris Evans diciendo que el del Capitán América es el "culo de América", en Avengers-Endgame) logran confirmarlo: una buena cola no es más que un objeto armónico sin más función que el del goce visual de la simetría, para ponernos en académicos. Los cuerpos de los superhéroes pueden lastimarse y ensuciarse; en ocasiones sangran (no mucho, pero eso implicaría hacer una nota aparte que no formaría parte de esta sección cachonda) pero no tienen mucha vida. Carecen de Eros en el sentido más amplio del término.

La pregunta que podemos hacernos es por qué, si Scarlett Johansson es muy linda y curvilínea, nunca jamás se la muestra como una mujer deseable en las películas de Marvel (o, al menos, en las películas de Marvel posteriores a la primera Avengers, es decir desde que Disney se hizo cargo de un negocio en el que originalmente estaba Paramount). La respuesta es bastante ramplona: porque esas películas tienen que ser vistas por la mayor cantidad de personas posible, lo que implica que tienen que ser vistas por niños, también, además de sus padres. Y los niños, dicho sea de paso, deberán pedir muñequitos de esos personajes. Lo que implica que los cuerpos tienen que ser agradables, armónicos, "lindos" porque los muñecos han de serlo. Pero solo tienen que cumplir la función de pelear unos contra otros.

Alguna vez explicamos por qué ha sucedido esto, pero requiere un tratado. La cuestión básica es que ya no hay cine adulto hecho para adultos. O lo hay, pero lo que existe carece, por otros motivos, de toda clase de erotismo (no hablamos aquí de la Clase B). Es sintomático que ya no hay sexo siquiera en el cine de terror, donde en los 80 el hiper desarrollo hormonal solía terminar en cuerpos cercernados. Quizás la última gran película del género (y más que eso) que tiene una secuencia efectivamente sexual -que, por otro lado, es un comentario sobre las escenas sexuales en las películas slasher- es La cabaña del terror, de Drew Goddard. Pero resulta que esa película es una sátira pesimista sobre el cine, con lo cual toda posibilidad de erotismo cae detrás de la reflexión sobre el género. De todas maneras, vean La cabaña del terror que es una obra maestra (en varias plataformas).

¿Dónde está el sexo en el cine? Podemos decir "en el porno". Pero ¿Existe hoy el cine porno? Bueno, apenas. Existen películas pornográficas aún, con algo similar a una trama y personajes que recurren de secuencia en secuencia. Pero sobre todo hay contenidos pornográficos, a veces muy bien filmados, que se acercan mucho más a la televisión (por su estructura y planificación) que al cine. No hay continuidades y el sexo, en general, es algo sin consecuencias para el mundo donde viven estos personajes. Pero hay otra vuelta de tuerca que me parece interesante señalar: cómo son los cuerpos en el cine pornográfico industrial de hoy.

En general son cuerpos muy trabajados, con mucho artificio. Bellos en el mismísimo sentido en que son bellos los cuerpos de los superhéroes (y, señala el texto mencionado más arriba con muy buen ojo, hasta el último de los extras). Pero no son "atractivos". No son cuerpos hechos para el deseo, sino para el sexo. El lector pensará que el cronista ha enloquecido, pero no. Son cuerpos que parecen artificiales, como muñecos (¡de acción!) y que, en cierto momento, empiezan a tener relaciones sexuales filmadas de modo explícito. Lo que hace el deseo siempre es cómo se filma y, sobre todo, los gestos. Un cuerpo solo no es nada: es lo que se hace con ese cuerpo. Si nos conmueve la pelea final de Avengers-Endgame, es porque el Capitán América aparece solo, de pie, ante una amenaza que lo supera, y porque antes hace el gesto de cerrarse una herida con la brida de su escudo roto. Es todo eso lo que transforma los trompazos en actos heroicos. Y en el porno pasa exactamente lo mismo: el erotismo nace de lo que está alrededor del cuerpo, no del cuerpo en sí haciendo lo que, en el fondo, hace cualquier hijo de vecino.

Y ahora sí, ¿por qué? Es bastante simple, también. En épocas de corrección política y cultura de la cancelación, en momentos en los que cualquier cosa puede molestar a cualquiera, los productores de pornografía también posan de moralistas. ¿Sexo? Sí, entre cuerpos perfectos e irreales, de un modo casi acrobático. Pero nada de provocación, de que el deseo, la parte oculta de la mente de los personajes (y de las personas que atisban sus vidas) salga de ahí. Nada de cuerpos imperfectos que puedan parecerse a la realidad. Porque las personas "normales" no tienen sexo, sino solo las figuras de acción de carne y hueso. Paradójico, es cierto, pero al mismo tiempo parte de la cultura que nos rodea.

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