El periódico Globo Esporte reportó que el estadio Maracaná de Río de Janeiro, que albergará la final de la Copa Libertadores entre Boca Juniors y Fluminense el próximo 4 de noviembre, será entregado a la Conmebol en mal estado y con problemas de mantenimiento. Actualmente, el Tribunal de Cuentas del Estado de Río de Janeiro está llevando a cabo un proceso de licitación para el servicio de mantenimiento del estadio.

El estadio presenta partes de los pisos rotas, butacas sucias, bebederos inutilizados y algunos baños dañados. Además, se han observado filtraciones de agua y corrosión en las instalaciones durante la última inspección. La Conmebol recibirá las llaves del Maracaná el 23 de octubre y tendrá la urgencia de reparar todo lo que esté roto y sucio en el estadio.

El estadio Maracaná ha sido sede de dos finales de Copas del Mundo: Brasil-Uruguay en 1950 y Alemania-Argentina en 2014. Además de los arreglos que se deberán hacer en las instalaciones, la Conmebol deberá trabajar arduamente para dejar el campo de juego en óptimas condiciones para la final entre Boca y Fluminense.