Hombres-peces, nazis del espacio e inmortales: ciencia ficción loca en Prime Video
Vamos a por las películas de ciencia ficción más extrañas que nos ha dado el cine de las últimas cuatro décadas, todas ellas en la plataforma Prime Video. Todas ellas, con destino de culto, cumplido o no, y al margen de lo que suele ser la "corrección cinematográfica". Fantasías que rompen todo.
La ciencia ficción combinada con la fantasía ha dado al cine algunas de las películas más inclasificables en cuanto a forma y a tono. En la grilla de Prime Video, se pueden encontrar varias que vale la pena conocer, no siempre obras maestras aunque en más de un caso están por encima del promedio de calidad que nos atosiga diariamente. Son ejercicios de la imaginación en algunos casos llevados al extremo. También hay clásicos que muchos conocen sólo de oídas. Como sea, son grandes viajes imaginarios.
Empecemos por una película que, antes de estrenarse, ya se había ganado toda la antipatía del universo, Waterworld, de Kevin Reynolds y Kevin Costner, que se pelearon a muerte durante el rodaje (Reynolds abandonó todo poco antes de terminar la filmación). Lo odiaron porque era una película filmada totalmente en el agua, porque se reportó cualquier cantidad de accidentes en el set, y porque Costner no es precisamente un tipo que no se salga con la suya. Todos dijeron que iba a fracasar: además la película costó casi 200 millones de dólares de finales del siglo XX, una total locura. Primera desmitificación: el film fue un éxito y ganó dinero. Segunda: es una gran película de aventuras muy bien narrada. En un mundo donde los hielos polares se fundieron, una especie de mutante (un tipo con agallas en el sentido figurado y literal), el Mariner, busca la mítica Tierra Firme, mientras un grupo de malvados (a la cabeza de ellos, Dennis Hopper) lo persigue. Hay secuencias como el ataque de una avioneta a un catamarán que son extraordinarias, hay momentos de puro placer visual y alguna declamación ecologista fuera de lugar. En el fondo -como todo lo de Costner- un western, aunque pasado por agua.
Highlander se hizo más famosa por la banda de sonido a cargo de Queen (algo parecido pasó con la híper camp Flash Gordon ocho años antes) que por su eterno duelo de inmortales a través de los siglos en busca del premio mayor: un poder que nadie sabe en qué consiste. Siguen funcionando muy bien la fluidez de los cambios de época, la cara de torturado de Christophe Lambert -en la película que lo lanzó fuera de Francia, su patria-, la ironía constante de Sean Connery, y los espectaculares duelos de espadas con decapitación final. Es cierto que tiene su parte absurda, pero es la parte "novela juvenil" del asunto. Lindo exponente del cine ochentoso.
Esta también es de culto: Iron Sky. Una película finlandesa que narra cómo los nazis, en 1945, establecen una base en el lado oscuro de la Luna para volver al poder a principios del siglo XXI. Con una estética que toma todo fetichismo y todo desafuero de la historieta, más una trama que no se cansa nunca de jugar al borde del surrealismo (y efectos especiales que siempre son satíricos), esta comedia negra y bélica es al mismo tiempo una parábola política totalmente pertinente en estos días. Hay elementos que son de una comicidad absoluta y uno se pregunta qué sustancia consumieron los guionistas y el realizador Timo Vuorensola. Quizás sea mejor no saberlo: lo que sí es cierto es que es rabiosamente divertida. Único pero: en Prime está sólo en español de España. Igual divierte.
Buckaroo Banzai es una de esas rarezas que quedan a muy poco de cumplir su objetivo, o más bien -en este caso- que lo cumplen por el absurdo. Fue diseñada para ser una cult-movie, de esas películas que se veían continuamente en los cines a medianoche, como lo fueron The Rocky Horror Picture Show o Liquid Sky. Y esta historia de una banda de rock liderada por un genio de las artes marciales que también es cirujano, que pelea contra una invasión extraterrestre que viene de la octava dimensión tenía todo: fantasía, aliento punk, rock, espíritu surreal y bastante más. Pero nadie la vio cuando se estrenó. Después se fue volviendo una especie de contraseña y, aunque no pudo en su 1984 original, terminó siendo una película de culto. El elenco incluye a un Peter Weller pre Robocop y a un Christopher Lloyd a punto de hacer Volver al futuro, dos filmes igualmente freaks que sí la pegaron.
Dan O'Bannon era un gigantesco guionista que había escrito la primera película de John Carpenter (la parodia de 2001 Dark Star) y, sobre todo, Alien, el octavo pasajero, además de varios cómics para el genial dibujante francés Jean "Moebius" Giraud, como The Long Tomorrow. Antes de dirigir El regreso de los muertos vivos, escribió para Tobe Hooper (que venía de hacer Poltergeist y era conocido por El loco de la motosierra y la miniserie Salem's Lot) Lifeforce, que es la historia de una misión espacial atacada por una vampira tremendamente sexy. Hay sensualidad, erotismo, apocalipsis zombi y varias locuras que van de lo genial a lo inconsecuente. El final, para más desconcierto, es casi lírico y melodramático. Andan por ahí Patrick Stewart pre fama y una tremenda (en todo sentido) Mathilda May.
Y sería deshonesto no señalar que Donnie Darko, esa tremenda obra maestra sobre un chico que quiere escapar del Apocalipsis y está acompañado siempre por un conejo monstruoso, esa sátira de la TV, de la vida familiar y del American Way of LIfe que nunca se estrenó en nuestro país, también está en la plataforma. Película imprescindible para comprender lo que es la ciencia ficción extraña y el cine de hoy.