La historia del arquero amateur que vive un sueño: de atajar ante Neuer a enfrentar a Boca
Trabaja en un depósito, gana 150 dólares por semana y pidió licencia sin goce de sueldo para jugar el Mundial. Tras el 0-10 con Bayern, su próximo rival será Boca Juniors
Conor Tracey trabaja más de 40 horas semanales en un depósito de medicamentos veterinarios en Auckland. Supervisa el embalaje y distribución de fármacos controlados, suplementos y alimentos para animales en todo Nueva Zelanda. Y además, ataja en el club más insólito del Mundial de Clubes: el Auckland City FC, único equipo amateur entre los 32 participantes.
"Soy clase trabajadora de pies a cabeza", dijo Tracey a la prensa neozelandesa, poco antes de enfrentar a su ídolo Manuel Neuer en Cincinnati. La historia fue más simbólica que competitiva: Bayern Munich goleó 10-0 al conjunto oceánico. Pero el resultado no opacó el sueño cumplido.
Para jugar el torneo, Tracey combinó vacaciones pagas con licencias sin sueldo. “Sufriré un poco con el alquiler, las facturas y demás, pero jugar contra el Bayern, el Benfica y Boca, sin duda vale la pena", aseguró.
Auckland City representa a Oceanía como campeón de la Liga de Campeones de esa confederación. No debe confundirse con Auckland FC —propiedad del estadounidense Bill Foley— que disputa la A-League australiana y no puede participar en competiciones continentales por razones reglamentarias. En cambio, Auckland City mantiene una estructura totalmente amateur. Sus jugadores reciben apenas 150 dólares semanales para cubrir viáticos.
"Y gasto todo en nafta", explicó Tracey. A veces, tarda dos horas en llegar desde su trabajo hasta el entrenamiento, atrapado en el tráfico de Auckland. A eso hay que sumarle cuatro prácticas por semana, citas médicas y un régimen alimentario exigente. “Estamos dejándolo todo, es realmente muy difícil”, confesó. "No vemos el sol: estamos en el trabajo todo el día, entrenamos, volvemos a casa a las nueve de la noche”.
En su debut en el Mundial de Clubes en 2017, con apenas 20 años, Tracey caminó al campo frente a 20 mil personas en Emiratos Árabes. "Estaba acostumbrado a jugar para 50 personas y 20 perros. Dije: '¡Mirá toda esta gente!'”. Esa impresión inicial se volvió motor. Hoy, a los 28, volvió a vivirlo, pero ante millones y con rivales de élite.
La preparación fue desigual. Mientras jugadores como Neuer cobran hasta USD 700.000 semanales, Tracey y sus compañeros debieron negociar ausencias laborales para competir en Estados Unidos. “Podés ver que en el trabajo se muerden la lengua. Tratan de entenderlo, lo cual es lindo. Pero el 80% del tiempo es chicana: ‘¡De vacaciones otra vez!’”.
La hazaña también alcanzó a otros. Angus Kilkolly, goleador histórico del club, no viajó por sus obligaciones como gerente regional de una empresa de herramientas. “Saben que es un hobby, pero no se imaginan la magnitud”, explicó.
Pese a la goleada inicial, Tracey no esquivó el realismo. "Pensamos en eso, claro. Pero lo que más nos pesa es hacer un buen papel. Queremos irnos sin arrepentimientos". El DT y los jugadores ajustaron el esquema táctico, conscientes de que dominar la posesión no sería una opción frente a gigantes como Benfica, Boca o Bayern.
Cuándo juega contra BocaEl equipo neozelandés se enfrentará al conjunto xeneize el martes 24 de junio a las 16 en lo que será el último partido de ambos en la fase de grupos en la competición internacional. Este partido será vital en las aspiraciones del conjunto dirigido por Miguel Ángel Russo, ya que definirá quienes serán los dos clasificados a la fase de eliminación directa en el grupo que comparte con Benfica y Bayern Munich, que jugarán en simultáneo.
"Representamos al 99,9% de los futbolistas del mundo", dijo Tracey. Según cifras de FIFA, hay apenas 128.876 jugadores profesionales entre más de 250 millones que practican el deporte. En ese contexto, la presencia de Auckland City es una rareza que interpela.
La FIFA promete convertir este nuevo Mundial de Clubes en el torneo más prestigioso y lucrativo del planeta. Pero su edición inaugural también revela otra cara: la de los que sueñan después de las 5 de la tarde. “Esto es un sueño después del trabajo”, resumió el director general del club, Gordon Watson. “La cantidad de horas, sudor, lágrimas y esfuerzo invertido antes de pisar la cancha es irreal”.
En 2014, Auckland City logró un histórico tercer puesto tras eliminar a Cruz Azul. Hoy, con un formato expandido, el equipo neozelandés tiene asegurado al menos tres partidos. Y aunque el resultado deportivo sea previsible, la gesta de Tracey y sus compañeros ya logró lo más difícil: recordarle al fútbol que, aún entre magnates y estrellas, también hay lugar para los obreros del sueño.