AmCham pidió cambios en impuestos y trabajo para aprovechar el contexto global
Las empresas de capital estadounidense que operan en la Argentina sostuvieron que el nuevo escenario comercial puede ser propicio para el país, siempre que se avance en la seguridad jurídica y se levante completamente el cepo para las empresas
La política comercial implementada por Estados Unidos, con una suba generalizada de los aranceles a la importación, podría resultar beneficiosa para la Argentina debido a su “competitividad relativa”, pero para aprovechar esas ventajas el país tendrá que avanzar en una serie de medidas tendientes a reforzar la seguridad jurídica, la estabilidad macroeconómica y la competitividad.
Así lo sostuvo la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina (AmCham) en un análisis del nuevo escenario comercial internacional surgido de la política arancelaria establecida por el presidente Donald Trump que, si bien aún no completó el esquema de tarifas para todos los países, se presenta auspicioso para la Argentina, de acuerdo con la visión de la entidad presidida desde junio por Mariana Schoua.
En concreto, la cámara abogó por el levantamiento de las restricciones cambiarias para las empresas, la reducción de impuestos, el desarrollo de infraestructura, la reforma laboral y el fin de la inestabilidad en las regulaciones.
“En el actual contexto de mayor incertidumbre global, caracterizado por el endurecimiento de políticas arancelarias y una menor relevancia de los marcos multilaterales tradicionales, Argentina podría verse beneficiada ante nuevas oportunidades en el comercio internacional”, consideró, para agregar que "la competitividad relativa argentina, combinada con ventajas sectoriales como la agroindustria, las energías renovables y la biotecnología, puede posicionar al país como un actor clave en los nuevos flujos comerciales y
de inversión".
Esas ventajas no se darán de manera espontánea sino que requieren de un contexto y medidas que permitan "captar inversiones, rediseñar esquemas productivos y aprovechar las distorsiones comerciales para ganar
presencia en mercados hoy abastecidos por economías afectadas por los aranceles".
En base a un estudio de la consultora Abeceb, la cámara puso de relieve las posibilidades de desarrollo en sectores como el agroindustrial, el de hidrocarburos “con Vaca Muerta como eje central”, la minería y la transformación digital.
“La estabilidad macroeconómica del país dependerá en gran parte del desarrollo sostenido de estos sectores”, planteó, además de señalar que las demás actividades “deberán reinventarse mediante una profunda transformación de su modelo de negocio para integrarse de forma competitiva al nuevo orden internacional”.
No obstante, puntualizó que para que la Argentina sea “protagonista” de este nuevo escenario económico “fragmentado, incierto y competitivo”, deberá cumplir con “reglas claras, seguridad jurídica y un avance sostenido hacia mayores niveles de competitividad”.
Los cinco pilares
“Para ello, es necesario avanzar sobre cinco pilares fundamentales: estabilidad macroeconómica, institucionalidad, seguridad jurídica, acceso fluido al mercado de capitales y reducción del riesgo país”, resumió AmCham, para advertir que “sin estos atributos, incluso sectores con alto potencial —como la agroindustria, minería, energía o servicios basados en conocimiento— enfrentarán restricciones concretas para escalar en su capacidad exportadora”.
En ese sentido, remarcó la necesidad de remover “barreras estructurales”, entre las que mencionó en primer término el interés en asegurar el “libre acceso al mercado de cambios para el giro de dividendos, regalías o la cancelación de deudas comerciales o financieras”, que siguen bloqueados a pesar del anuncio del levantamiento del cepo cambiario.
También puso el acento en la “elevada presión tributaria”, por lo que reclamó “una reforma integral que simplifique, modernice y reduzca sensiblemente” ese esquema, sin dar precisiones sobre jurisdicciones.
Asimismo, se pidió poner fin a la “inestabilidad regulatoria generada por el efecto péndulo” y que "los actores políticos, sindicales, empresariales y la sociedad en su conjunto deben acordar un modelo de país y, a partir de ello, el establecimiento de políticas de largo plazo.
AmCham reclamó entre otros de los puntos por “el escaso desarrollo en infraestructura que afecta sensiblemente los costos vinculados a la logística, transporte, etc” y, por último, abogó por “un sistema laboral que sea adecuado a las actuales o futuras relaciones del trabajo”.
Agenda proactiva
La entidad puntualizó que la superación de esos condicionamientos “exigirá una agenda proactiva de reformas”, entre las que citó “la modernización del régimen laboral —para promover la formalización y reducir la litigiosidad—, un plan integral de infraestructura logística y digital, y un esquema de incentivos a la inversión privada que garantice beneficios fiscales, aduaneros y cambiarios con horizonte de largo plazo”.
“En ese sentido, la negociación de acuerdos bilaterales que contemplen aranceles cero bajo reciprocidad en materia tributaria, protección robusta de la propiedad intelectual y procesos regulatorios ágiles y equitativos, será clave para facilitar la inserción de Argentina como un actor principal en el mercado global”, manifestó.