CAMBIOS GEOPOLÍTICOS

China suma influencia económica con su propio Banco Mundial

La expansión del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura deja en evidencia el retroceso del liderazgo estadounidense y pone en jaque el legado de Bretton Woods

BAE Negocios

La apertura de una nueva sede del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB) en Singapur confirma el avance sostenido de China en la arquitectura financiera global. Lo que a simple vista podría parecer una movida estratégica más, representa en realidad un golpe directo al corazón del orden internacional construido por Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial. Esta expansión del AIIB consolida el rol de Pekín como actor central en el sistema multilateral y deja en evidencia el repliegue de Washington en sus propias instituciones, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Con más de 100 países miembros y un volumen de proyectos que supera los 61.000 millones de dólares, el AIIB es hoy el segundo mayor prestamista multilateral del planeta, solo por detrás del Banco Mundial. Desde su lanzamiento oficial en 2016, la institución no dejó de crecer: primero con sede en Pekín, luego con una base operativa en Abu Dabi (abierta en 2023) y ahora con su desembarco en el principal centro financiero del sudeste asiático.

La elección de Singapur no es casual. Se trata de una plaza clave para el comercio y las finanzas globales, donde el banco podrá proyectar su influencia sobre el sudeste asiático y más allá. Con esta apertura, China refuerza su propia constelación institucional, en paralelo y muchas veces en contraposición a las entidades creadas en 1944 en Bretton Woods, como el FMI y el BM. Aquella cumbre histórica estableció la supremacía del dólar y convirtió a Washington en el centro de decisiones económicas mundiales, señala el medio español elEconomista.es.

 

Competencia

El AIIB nace como una alternativa directa a esa hegemonía. Su nombre, que enmarca un enfoque regional, esconde una estrategia de alcance global. El principal destino de sus fondos es la India, rival histórico de China, pero también ha financiado proyectos en África, Europa y América Latina.

La única institución que hoy compite en escala con el banco de Pekín es el Banco Europeo de Inversiones (BEI), que el año pasado destinó 100.000 millones de dólares a iniciativas mayormente dentro del continente. A diferencia del AIIB, el BEI mantiene un perfil regional, lo que deja a China con mayor libertad para posicionarse como referente global en infraestructura y desarrollo.

 

Liderazgo

La decadencia de la influencia estadounidense se ve acentuada por la desconfianza del Partido Republicano y del expresidente Donald Trump hacia los organismos multilaterales. La retórica aislacionista de Washington abre espacios que otras potencias están dispuestas a ocupar. Mientras Estados Unidos reniega de sus propias creaciones, China construye pacientemente una alternativa.

El avance del AIIB y del BEI plantea un nuevo escenario donde el liderazgo financiero se fragmenta y el sistema surgido en la posguerra entra en revisión. El dólar todavía conserva su centralidad, pero las instituciones que lo respaldaban ya no tienen el monopolio de la influencia.

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