Con el dólar congelado, el atraso cambiario llegó a su máximo desde 2017
Las exportaciones se dinamizaron el último mes gracias a un tipo de cambio diferencial que termina este viernes
El tipo de cambio real abrió la semana previa al balotaje con un nivel de atraso equiparable al de mayo de 2017 y similar al de diciembre de 2015, de acuerdo a los datos del Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) que diariamente actualiza el BCRA. Para evitar que el fenómeno siga profundizándose, este miércoles el BCRA soltará la fijación en $350 para pasar a deslizar la cotización mayorista a un ritmo del 3% mensual, acorde a lo establecido en el Proyecto de Ley de Presupuesto. En cambio, para los exportadores, el viernes vencerá el tipo de cambio diferencial que, con una combinación de 30% dólar oficial y 70% CCL, promovió las liquidaciones de divisas con un dólar efectivo en torno a los $505 previo a retenciones y aranceles.
De cara a 2024, el sendero del dólar oficial supone una incógnita que dependerá de los comicios del domingo, aunque la primera reacción de los mercados tras el debate presidencial fue la descompresión de las cotizaciones paralelas en general y la del dólar futuro en particular. Por ejemplo, la posición para el último día hábil de diciembre cerró con una baja del 2,3% en $663, y aunque se trata de una cifra 80,6% superior a los $367 estimada por Economía, es 19,1% inferior a los $820 que pagaba la misma cobertura justo antes de la primera vuelta. Análogamente, la posición de junio se contrajo 3,5% hasta los $1.100, frente a los $1.530 del 20 de octubre.
Esa descompresión en las coberturas contra la devaluación del tipo de cambio oficial tuvo lugar incluso cuando ambos candidatos tácitamente coincidieron en la necesidad de correcciones. Milei con su dolarización a tipo de cambio libre y Sergio Massa al adelantar que su gobierno tendrá por premisa la competitividad cambiaria para la acumulación de reservas, junto con superávit gemelos, es decir, volver a una consolidación en el frente cambiario y fiscal como la que se vivió entre 2002 y 2010.
El director de C&T, Camilo Tiscornia, apuntó a la necesidad de correcciones cambiarias y a la dificultad de sostener la competitividad luego de una devaluación alta. Lo difícil es parar la inflación para que en términos reales te quede un tipo de cambio 40% más alto y no se repita lo que pasó con la devaluación de agosto, que subió el tipo de cambio un 22% y la inflación se aceleró y en dos meses erosionó toda la competitividad ganada y más. El quid de la cuestión son las demás políticas a abordar para que no haya un traslado a precios", señaló. En efecto, los 20,04 puntos ganados en el ITCR tardaron 44 días en evaporarse con la aceleración inflacionaria, aceleración que hizo que al viernes último este indicador estuviera 12,8 puntos peor.
Y apuntó a una alternativa para acumular reservas sin hacer una corrección genuina del tipo de cambio, aprovechando la llegada de los dólares de la cosecha gruesa y apelando a cotizaciones estímulo como el 70% CCL y 30% oficial para que el resto de los sectores pueda sostener sus exportaciones. De hecho, como consignó este medio, entre jerarcas de las finanzas y consultores se impone la previsión de que el año próximo la regulación cambiaria se irá simplificando para ir hacia un desdoblamiento del mercado como transición previa a la unificación.
El economista jefe de Ecolatina, Santiago Manoukian, apuntó que, además del abaratamiento de las exportaciones mediante el tipo de cambio, hay otras variables que hacen a la competitividad: "Argentina no solo tiene que mejorar su tasa de cambio, sino mejorar la competitividad sistémica. La energía más barata es uno de esos pilares, gracias al abastecimiento que ofrecen los hidrocarburos de Vaca Muerta, pero también son necesarias inversiones en infraestructura y en desburocratizar los trámites y los impuestos, lo que mejoraría la productividad de muchas empresas, y en particular la reducción de la brecha, ya que a muchas empresas el dólar a $350 necesita una corrección, pero no está tan mal. Para muchas empresas con tipo de cambio atrasado, pero sin brecha la ecuación sería otra porque importan en parte al paralelo y están obligadas a exportar al oficial; y, desde ya, que las retenciones y los reembolsos también cambian la ecuación".
"Es que cuando la brecha es elevada, puede haber liquidaciones récord del agro como hemos tenido en 2020 y 2021 y aun así que el BCRA no acumule reservas porque el incentivo sigue estando para ´quitarle´ dólares baratos al Banco Central y a incentivar en el mercado oficial lo menos posible. El punto es que muchas veces le pedimos todo al tipo de cambio, que esté súper devaluado el peso y listo, pero hay toda una serie de vectores de competitividad. Además, se puede corregir el tipo de cambio, pero si de alguna forma no empezás a desarmar el cepo, la brecha va a persistir y también estos comportamientos distorsivos y nocivos para la economía y la acumulación de reservas. Es que también es un proceso recursivo porque en la medida en que vas acumulando reservas, la brecha se comprime y te permite acumular más reservas. En este sentido, el sector energético puede ayudar mucho, pero sin liberar la remisión de utilidades, limitás el crecimiento a la reinversión de ganancias y no al ingreso de nuevas inversiones", agregó Manoukian.