El Gobierno comenzó a descongelar la mayor parte de la actividad en todo el país luego de las restricciones que implicó el estallido de la pandemia de coronavirus y dispuso una etapa de Distanciamiento Social Preventivo y Obligatorio (Dispo) en casi todo el territorio en lugar del Aislamiento (Aspo).

Con ese movimiento busca además acelerar la recuperación de la actividad económica que aparece con síntomas de desaceleración, excepto en algunos sectores, y con un consumo que se resiente por la pérdida de poder adquisitvo.

Los signos positivos se evidenciaron en algunos sectores, como el comercio minorista y mayorista y la intermediación financiera cuya recuperación "los ha colocado en niveles similares a los que mostraban previo a la crisis del coronavirus", según indicó un informe Invecq Consulting que destaca asimismo el "fuerte impulso que los sectores industriales de materiales para la construcción están teniendo como consecuencia de las expectativas devaluatorias reflejadas en los mercados paralelos".

ATP y los sectores más golpeados

En cambio, menciona que sectores como la hotelería y la gastronomía continúa estando muy limitados así como  lo relacionados con los espectáculos artísticos y culturales, cuya oferta "ha quedado dañada de manera permanente".

"El gobierno nacional pareciera decidido a desarmar por completo los programas de asistencia a las empresas vía ATP antes de fin de año, que implicaron un sostén para las empresas durante el peor momento del aislamiento, pero simultáneamente han implicado un desorden fiscal y monetario que es el que hoy hace dudar sobre la sostenibilidad de la recuperación económica de cara al 2021".

Invecq sugiere atender que existe "una demanda agregada más debilitada que en el resto del mundo como consecuencia de la reducción del ingreso disponible de trabajadores y consumidores ya sea como consecuencia de recortes en sus ingresos nominales a los que han tenido que acceder para sostener su empleo o directamente a la pérdida de su fuente laboral y de ingresos"

"De cara al futuro cercano, por lo tanto, la actividad económica argentina enfrenta tres desafíos que hacen peligrar la recuperación: un posible empeoramiento de las condiciones epidemiológicas como están viviendo en este momento los países europeos, en segundo lugar el estallido de los desequilibrios macroeconómicos gestados durante los últimos meses y en tercer lugar los efectos permanentes sobre la demanda agregada y la oferta sectorial de algunos sectores específicos que fueron golpeados con mayor intensidad por las medidas de aislamiento", evaluó.