Luis Caputo adelantó una posible reforma del IVA para generar competencia impositiva
Luis Caputo adelantó que se trabaja sobre un nuevo esquema sobre el IVA, tras la “caída del gasto”. Qué dijo
El ministro de Economía, Luis Caputo, confirmó este lunes por la mañana que el Gobierno prepara una reforma del IVA, que pasaría a dividirse en un impuesto nacional y otro provincial en reemplazo de Ingresos Brutos, con el objeto de eliminar un tributo considerado “distorsivo” por tributaristas y empresarios.
“La idea es generar competencia impositiva entre las provincias”, dijo, al tiempo que indicó que la intención del Gobierno nacional es que del 21% de alícuota que el impuesto tiene en la actualidad en un “IVA nacional” de aproximadamente 9% (la parte que le corresponde a la Nación luego de la distribución por Coparticipación) y un “IVA provincial”, con una alícuota a fijar por cada uno de los 24 distritos.
En declaraciones al canal de streaming La Casa, Caputo hizo una comparación con la situación que se experimenta en Estados Unidos: “Como no tenemos jurisdicción en las provincias, la mejor forma (para incentivarlas a dejar de lado Ingresos Brutos) es como en los comercios, haciéndolas competir,”, al igual que en el país norteamericano, “donde grandes empresas se están mudando de un estado a otro”, en función de la carga impositiva.
“Queremos promover eso”, remarcó, en el marco de un proceso de reformas que tendrá en una primera instancia un capítulo tributaria, luego uno laboral y, por último, uno previsional", con tiempos que dependerán de lo que indique el presidente Javier Milei.
En lo que respecta al IVA, el jefe del Palacio de Hacienda indicó que “la idea es generar competencia impositiva entre las provincias” y que, además, reduzcan sus gastos.
En ese sentido, puso de relieve que hubo una importante reducción en el Gobierno de Milei pero que “el esfuerzo recayó en Nación”, por lo que instó a que las provincias y los municipios se sumen a esa tendencia.
Cómo se repartió el recorte
“La Argentina pasó en los 90 de un nivel de gastos que era de más o menos 25 puntos del producto a un nivel del 47% cuando llegó el kirchnerismo, prácticamente se duplicó”, criticó, para detallar cómo fue el esfuerzo de cada jurisdicción en la baja de esas erogaciones.
Al respecto, indicó que de ese 47% al que se llegó en 2020, “28 puntos era (la parte de la) Nación, más o menos 16 puntos provincias y 3 puntos municipios”.
“Hoy estamos en niveles de 35%; Nación hizo el gran esfuerzo, con 17 puntos, provincias está prácticamente igual, bajó de 16 a 15, y municipios está igual, con 3 puntos porcentuales”, aseguró, para rematar que, a su juicio, “evidentemente, hay que hacer un esfuerzo en las provincias”.
Las dificultades de la implementación
Sin embargo, Caputo admitió las dificultades de terminar con el impuesto a los Ingresos Brutos, una tarea cuyos primeros antecedentes se remontan a 35 años atrás, pero desde entonces no solo no se lo eliminó sino que en la mayoría de los casos se aumentaron sus alícuotas.
“Es el peor impuesto de la Argentina, pero representa el 80% de la recaudación de las provincias”, señaló al respecto.
Si bien reconoció que “desde la Nación no se lo puede bajar”, el ministro dijo que con “competencia” se pueden lograr que “las provincias tengan el incentivo de hacerlo”.
“Algunas dirán que les conviene bajarlo para que más empresas se radiquen en su provincia y al final van a recaudar más. Ese va a ser el esquema en la nueva reforma tributaria”, sintetizó.
Al referirse a cómo se implementará la reforma que le pondría fin a Ingresos Brutos, Caputo explicó que al IVA “se lo va a dividir en nacional y provincial”
“Cobraríamos lo que le corresponde a la Nación, que es más o menos 9% y moneditas sobre el 21% que es el IVA hoy. Y las provincias pondrán su propio IVA”, con la facultad de cada una de fijar la alícuota que crean más conveniente.
Casi medio siglo de cuestionamientos
El impuesto a los Ingresos Brutos fue creado en 1977 durante la dictadura militar de entonces, en tiempos en los que las provincias estaban intervenidas y sin ninguna clase de autonomía para fijar su política tributaria.
Desde mediados de la década del '90, tributaristas y empresarios -en especial industriales- cuestionaron al impuesto por su carácter distorsivo, ya que se aplica en todas las etapas de la producción y comercialización, pero -a diferencia del IVA- no se puede deducir de la etapa anterior, generándose lo que en la jerga tributaria se denomina “efecto cascada”.
Según el flamante presidente de la Unión Industrial Argentina, Martín Rappallini, por ese efecto cascada el impacto efectivo del impuesto llega en algunos casos al 20%, lo que genera tanto incrementos en los costos como también inflación, al trasladarse al precio al consumidor final.