Iván Fund, director de El mensaje

"El cine sigue siendo el vehículo tecnológico más efectivo para transportar las historias"

El realizador argentino habló con BAE sobre su película y también sobre el momento particular que atraviesa el cine nacional.

Fernando E. Juan Lima- Enviado especial

Sólo quedan 3 películas por estrenar de la Competencia Oficial de la edición N° 75 del Festival Internacional de Cine de Berlín y son pocas (dos o tres sobre las 16 proyectadas hasta ahora) que han emocionado a público y crítica. Una de ellas es la argentina El mensaje, dirigida por Iván Fund (Vendrán lluvias suaves, Piedra noche). Durante la premier, el martes pasado a la tarde, se percibió cómo la película conectaba con el público. Otro tanto había pasado en la función de prensa, durante la mañana. Entusiasmados, comprobando que más allá de lo que aquí opinamos sobre ella, la crítica ha sido prácticamente unánime en su ponderación, logramos entrevistar a Ivan Fund poco antes de que el jurado presidido por Todd Haynes decida el palmarés.

BAE: ¿Cómo nace la idea de "El mensaje"?

IV: Creo que hablar con los animales es una fantasía recurrente en la infancia.

Me interesaba también la idea de alguien con un don extraordinario que, en el mundo actual, apenas le alcanza para sobrevivir al margen. Algo de la idea de que ese don se viera envuelto en una traducción más mundana de interacciones comerciales (hoy en día todo parece estar mercantilizado).

Quería contar una historia sobre ese momento particular en el crecimiento de un niño en el que determina y decide que puede consolar y enseñar algo a los adultos, que tiene la voluntad de sanar algo. Finalmente es una especie de "coming of age".

Hablar de la construcción de los vínculos desde lo afectivo, expresado en la presencia real, en el cuidado cotidiano.

En cierto modo, también la historia de crecimiento de toda la familia, una familia que lidia, a través de un amor presente y cuidadoso, lo mejor que puede, con su propia falta de comunicación, con su pasado y su contexto.

BAE: ¿Cómo fue el proceso de rodarla y la selección para la Berlinale?

IV: El proceso de hacer esta película fue siempre celebratorio. Sentirse cerca de colegas y amigos, queridos y admirados, que ya son la familia del cine y en la vida.

La película pasó por el foro de coproducción de san Sebastián y el WIP (work in progress) al año siguiente, y fue esa versión la que vieron de Berlinale y decidieron inmediatamente invitarla. Luego afortunadamente se sumaron los coproductores españoles y uruguayos para acompañar y ayudar a cerrar la peli, darnos un poco de estructura para toda la demanda que la buena noticia también traía.

La selección habla también del compromiso de la Berlinale con defender el cine de autor como recordatorio de que hay otras formas de vivir, de vincularse con el tiempo y a donde salir a buscar sentidoà apostando por las películas más allá de la estructura que tengan detrás.

Para mi es parte de una búsqueda que de alguna manera vengo transitando hace 20 años, la de desmitificar ciertos espacios y etiqueta; de poder probar que todavía se puede creer en algo y que el cine nos pertenece. Si hay algo que tengo que agradecer a mis padres y ojalá pueda pasar esa posta, es por haberme educado desde chico con la certeza de que el mundo está ahí para mí, que también soy parte y vale la pena luchar por eso, celebrarlo y protegerlo.

El cine sigue siendo para mí el vehículo tecnológico más efectivo para transportar las historias, los relatos (como diría UrsulaLeGuin) esa bolsa, llena de recordatorios esenciales para la vida humana.

BAE: ¿Cómo se forma "la familia" de El mensaje? Están todos geniales ¿Cómo es el trabajo con los actores y actrices?

IV: Todo fue muy fluido porque tanto el equipo técnico como todo el elenco ya nos conocíamos mucho. Tengo la suerte de que mi familia del cine es prácticamente mi familia en la vida real también. Anika ya conocía mucho a Marcelo Subiotto y a Mara Bestelli (que son también protagonistas de Piedra Noche, mi película anterior) y Betania, quien interpreta a su madre, es también su madre en la vida real. Esos vínculos ya existían y fueron puestos a disposición de la película.

En cuanto al trabajo con los actores que puedo decir que buscamos un tono un poco en el umbral, la bisagra entre la interpretación modulada y de trazo definido y los matices y tensiones de la realidad y la sorpresa.

Tengo un ritmo de trabajo muy relajado. Durante el rodaje, edito cada noche y no filmamos por las mañanas. Usamos ese tiempo para ver las escenas de los días anteriores, conversar y planificar lo que sigue.

Tuvimos un equipo muy pequeño, lo que hizo que el rodaje fuera muy íntimo y súper ágil. Una parte fundamental de todo el proceso fue mantener el mismo nivel de concentración y flexibilidad tanto delante como detrás de cámara. No había un "acción" o "corte"; todo el elenco y el equipo estaban siempre atentos y preparados para cualquier cambio de rumbo o improvisación que pudiera surgir y resultar prometedora. Es una forma de trabajo que fomenta el descubrimiento en lugar de imponer estrictamente una escena.

BAE: Pareciera que cada vez más incorporas elementos fantástico a tus obras. ¿Es así? ¿O es una distinta visión de lo real?

IV: Por un lado soy hijo del cine americano de los 90s. Me crié con el cine de Spielberg y de aventuras, ese cine que hacía posible lo asombroso y fantástico en la vida del hombre común.

Lo fantástico como catalizador para narrar esas historias y emociones más tenues y esquivas, que si uno las mira directamente tienden a disiparse. Como contraste con lo minimalista de la forma.

La película es en blanco y negro también porque quería que la historia transcurriera en una suerte de "mundo del cine". Hay algo casi distópico en el mundo que habitan. Pienso que la hicimos en blanco y negro justamente para apreciar los matices.

La indeterminación de ese estatuto de lo cierto o la mentira me interesa para acercarme a la emoción.

Ahora, como siempre, o más que nunca con el contexto actual del mundo, La ficción no como lo opuesto a la realidad sino como una forma de entenderla en su complejidad en su tensión, en expansión. En este sentido, tal vez la fantasía se haya convertido en el nuevo realismo.

BAE: Participar de la Competencia Oficial de la Berlinale es súper importante. Como ves la actualidad del cine argentino y como sentis que ello es percibido en el exterior?

IV: Desde que tengo memoria, nunca estuvo peor. No solo por la ignorancia y el desdén con que se desarticula el instituto de cine, sino por el ataque directo contra la cultura en general y el cine en particular.

Es triste que se fomente la violencia y los discursos de odio, que haya que volver a defender lo obvio, que se reduzca la existencia humana a un algoritmo de rentabilidad, siempre al servicio del poder económico.

Pero el cine argentino siempre fue rico en voces y formas. Y lo seguirá siendo. Vamos a seguir filmando y por eso estamos acá también. Para dar testimonio de que las películas no son eventos aislados, somos parte de una historia, de una continuidad y una comunidad que no va a soltarle la mano a los que vienen.

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