Los gatos, inesperados protagonistas del Festival de Cine de Mar del Plata
Tres películas los tienen como parte fundamental de la trama. Fuerte símbolo de la maternidad en una, de los vaivenes de una relación en otra, y espejo de lo que le pasa a la protagonista en la tercera
La edición número 38 del Festival Internacional de Cine de Mar del Plata cuenta con un sorprendente protagonista en los recientes estrenos, reestrenos y remasterizaciones de diferentes películas.
Más de 100 películas, la presencia de más de 5 maestros y maestras para sus respectivas charlas, eventos especiales y cientos de invitados no pueden contra el protagonismo de los gatos, que se robaron la atención de todos los asistentes en la mayoría de funciones del festival.
Los afectivos, peculiares y misteriosos gatos son la mascota fetiche de esta edición del festival. Los felinos tomaron gran cantidad de tiempo en pantalla durante una extensa tanda de largometrajes y funciones, teniendo roles importantes en las tramas de estas películas.
Los lobos marinos tienen de quien ponerse celosos porque parece que, a pesar de ser la mascota de la ciudad, los felinos se apoderaron de su protagonismo.
Las películas que cuentan con un gato como animal relevante en la trama Elena SabeEn Elena Sabe, Anahí Barberi los utiliza como índice de los hijos y símbolo de la maternidad. El personaje de Elena (Mercedes Morán) se niega a tener gatos en su hogar porque eso implicaría obligar a su hija a ser madre, a cuidar de otro ser, que a su vez la reemplazaría a ella como única persona a la cual prestarle atención.
Hacia el final de la película, hace aparición otro gato diferente, aunque a valores simbólicos sea el mismo de un principio. Este es un recurso que sirve para simbolizar la evolución de personaje de Mercedes Moran, ya que esta vez su trato con estas criaturas será distinta a la inicial. Su arco de personaje habrá finalizado.
En la película francesa de Jean Vigo de 1934, los gatos son utilizados como un running gag donde son arrojados a distintos personajes en situaciones absurdas. En este caso, simbolizan diferentes estadios de la relación entre Juliette (Dita Parlo), una niña caprichosa de una ciudad pequeña, y el capitán de barco Jean (Jean Dasté), recientemente casados.
Los gatos primero son arrojados para demostrar las dificultades y lo precipitado de un prematuro matrimonio. Cuando finalmente embarcan el navío, los gatos aparecen por su cuarto y escondidos en diferentes partes de la embarcación, reforzando esta idea.
Hacia el final de la película, cuando estos personajes finalmente consiguen pasar las dificultades de su relación y hacer a un lado sus diferencias, estas tiernas criaturas finalmente adoptan una postura más amable y enternecedora con Jean y Juliette, pudiendo convivir en paz.
En Cleo de 5 a 7, aparece un gato muy cachorro, que se hace presente al comienzo de la película cuando Cleo, sintiéndose indefensa y con serias dudas acerca de su condición y sus sentimientos, requiere tan solo de unos pequeños gestos de cariño para sentirse mejor. El gato simboliza a la misma Cleo, que combina incluso con el atuendo que lleva puesto, un largo camisón blanco y puro como esta pequeña criatura.
Una demostración de como poner en escena a un pequeño animal puede servir para narrar sin necesidad de utilizar diálogo. Agnès Varda lo sabía a la perfección y opto por utilizar a este adorable gatito para ejemplificarlo.