La lectura más simple -y seguramente verdadera, navaja de Occam mediante- de la consagración como Mejor Película Dramática de 1917 (drama bélico de Sam Mendes aún no estrenado en la Argentina) es la resistencia contra Netflix. En efecto, la plataforma líder en SVOD tenía en competencia cuatro películas: Dolemite es mi nombre, El Irlandés, Los dos papas e Historia de un matrimonio, todo de lo más visto y comentado del año. Pero a la hora del premio mayor (Mejor Drama), la Asociación de la Prensa Extranjera en Hollywood, ese grupito cómodo de publicistas de Hollywood, decidió que solo existían Guasón -que se llevó Mejor Actor (previsible) para Joaquin Phoenix y Mejor Música- aunque premiaron a Laura Dern por su rol secundario en Historia... Netflix tuvo satisfacciones en los rubros de TV (aunque la gran ganadora fue Chernobyl, de HBO) y casi nada en el cine.

Dada la actual tensión respecto de qué modelo de explotación audiovisual vendrá y cuál es el lugar que ocuparán las salas, lo que la Asociación hizo en estos premios siempre un poco sospechosos fue una declaración fuerte: las salas importan más que la pequeña pantalla. Es cierto que se trata de un grupúsculo conservador, pero su poder se basa en reflejar cómo ve a Hollywood el resto del mundo, y Hollywood necesita, cada vez más, a ese mundo, inflación de costos mediante. Veremos si los Oscars consolidan esta especie de "avanzada" contra el cine visto en el hogar, eso que ni a Scorsese -muy perdedor a pesar de la reacción de la crítica universal- parece gustarle.

En cierto sentido, uno de los momentos más brillantes del muy brillante monólogo del host Ricky Gervais, dio en el clavo: "Vamos, si ISIS tuviera un servicio de streaming, ya estarían comunicándose con ellos", les dijo a los actores presentes en la sala, ante risas (nerviosas) de los asistentes. Por un lado, fue el ataque a quienes usan los premios para señalar moralidades con el dedo. Pero también expresar algo simple: la única manera de hacer "cine de actores" es en las plataformas. Los Globos de Oro habrán optado esta vez por las salas, pero el futuro es el streaming.