Estreno del film-recital Eras Tour

Taylor Swift, a punto de destronar a los tanques de Hollywood

Eras Tour, el documental/concierto podría convertirse en una de las películas más vistas del año. Incluso sin ser, completamente, una película

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Además de ser el fenómeno más grande de la música en vivo -o, mejor dicho: por ser el fenómeno más grande de la música en vivo- Taylor Swift puede ser la protagonista de una de las diez películas más vistas del año. En efecto: Eras Tour, la película que en realidad es el registro de su show de tres horas, el mismo que traerá en semanas a la Argentina. El filme-concierto se estrenará este fin de semana en los Estados Unidos y tiene una preventa global de 100 millones de dólares. Los analistas del mercado prevén que el estreno rondará los 150 millones a nivel local (es decir, EE.UU. y Canadá) y que, sumado el resto de los mercados, será de entre 250 y 300 millones.

Para los mismos analistas, lo más probable es que desbanque en la taquilla estadounidense a tres tanques que fueron decepcionantes: Indiana Jones y el Dial del Destino, Misión: Imposible 7 y Rápidos y Furiosos X, ya que ninguno de estos tanques superó los 200 millones de dólares en su mercado local durante su exhibición en salas. Pero hay además algunos elementos que hacen más claro por qué algo que no puede considerarse del todo cine (aunque, a esta altura, es complicado decir qué es cine y qué no) va a recaudar muchísimo dinero.

En primer lugar, sale en más de 4000 pantallas en los EE.UU. Aunque es probable que en el resto del mundo no tenga el mismo lanzamiento, la cifra es enorme. En segundo, las entradas en ese mercado son más caras que las de las películas: entre 15 y 20 dólares cada una, poco más del 15% de diferencia respecto del ticket promedio. Por último, si bien es un estreno "grande", sólo tendrá exhibiciones en los fines de semana y en horarios nocturnos. Los productores quieren que se proyecte en salas llenas para replicar, de algún modo, la sensación de estar en un estadio.

Por otro lado, es interesante pensar qué implica un evento de este tipo. Desde hace tiempo, incluso desde antes de la pandemia -que causó una baja casi mortal en el mercado de la exhibición- se busca amortizar las salas con otra clase de eventos. Los recitales filmados (Justin Bieber, por ejemplo, recaudó casi 100 millones de dólares con Never say Never) son una de las atracciones que mejor funcionan. Así, los cines optan por contenidos de otro tipo (incluso deportivos) para sostener el negocio y volver a una rentabilidad lógica. Después de todo, la riqueza está menos en las películas que en el pochoclo y la gaseosa, pero algo hay que exhibir para que la gente los compre. Por ejemplo, a Taylor Swift.

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