Los diferentes partidos del arco parlamentario de Finlandia respaldaron de forma unánime a la Primera Ministra, Sanna Marin, en su iniciativa de construir un muro en la frontera con Rusia.

El proyecto contó inclusive con el apoyo de las fuerzas de la oposición, entre ellas el Partido del Centro, los ultraderechistas del Partido de los Finlandeses y los democristianos, que han solicitado acelerar cuanto antes un proceso cuyo costo ascenderá a cientos de millones de euros.

Si bien la construcción de la valla llevará varios años, la Guardia Fronteriza confía en comenzar con las primeras obras a principios del próximo verano boreal. Según las estimaciones, cubrirá aproximadamente entre el 10 y el 20 por ciento de la frontera común, según adelante la cadena publica finlandesa Yle.

El Gobierno de la socialdemócrata Marin justificó la necesidad de levantar el muro para controlar la posibilidad de que aumenten los cruces a través de una frontera de unos 1.340 kilómetros, la más extensa entre todos los países de la Unión Europea.

A finales de septiembre, Finlandia aprobó el cierre de las fronteras a los turistas rusos, en plena escalada migratoria derivada de la movilización parcial anunciada días antes por el Presidente Vladimir Putin, sumándose así a las restricciones en ese sentido que ya adoptaron antes los países bálticos y Polonia.