El Banco de Inglaterra (BoE) anunció una reducción del tipo de interés del 5% al 4,75% tras la primera reunión de su Comité Monetario desde el cambio de gobierno en Reino Unido y la reciente elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos. La medida, aprobada con amplia mayoría, aunque con un voto en contra, cumple con las expectativas de los analistas y refleja el impacto de una inflación contenida en meses recientes.

La decisión responde a la moderación en el crecimiento de precios, que ha mantenido la inflación por debajo del objetivo del 2% en los últimos meses. El gobernador del BoE, Andrew Bailey, destacó que el banco central continuará con ajustes prudentes en el precio del dinero, asegurando que la inflación permanezca cercana al objetivo establecido.

 

Inflación

"No podemos recortar los tipos demasiado rápido ni por márgenes significativos. Sin embargo, si la economía evoluciona según lo previsto, los tipos continuarán bajando gradualmente", afirmó Bailey.

El BoE anticipa una ligera aceleración inflacionaria hacia finales de año, con proyecciones que la colocan por encima del 2%. No obstante, prevé una mejora del panorama económico a mediano plazo, incluyendo una caída del desempleo al 4,1% y un crecimiento del PIB entre el 1% y el 1,5% para 2025.

 

Reacciones del Gobierno y el mercado

La ministra del Tesoro, Rachel Reeves, calificó el recorte de tasas como una "buena noticia para millones de familias", aunque reiteró que el Ejecutivo laborista enfrenta importantes desafíos heredados de las políticas conservadoras. Reeves destacó que el Gobierno está adoptando medidas estructurales para fortalecer los cimientos económicos, priorizando la inversión en la Sanidad pública y la reconstrucción del país.

En los mercados, la libra esterlina reaccionó positivamente frente al dólar y el euro, reflejando la confianza en la política monetaria del BoE y el entorno económico del Reino Unido.

 

Perspectivas a corto plazo

Aunque el ajuste del BoE señala un cambio de tendencia, la moderación en el ritmo de recortes indica prudencia ante la incertidumbre internacional y los efectos de los planes presupuestarios laboristas. Este enfoque equilibra la necesidad de apoyar el crecimiento económico sin comprometer la estabilidad inflacionaria.

Con un contexto marcado por retos internos y externos, Reino Unido sigue navegando un complejo escenario económico, con señales de estabilización que, de consolidarse, podrían marcar el inicio de una recuperación sostenida.