Golpe de Estado en Myanmar: piden protestar "con todo corazón" contra las Fuerzas Armadas
Los militares tomaron el poder político por un año y se comprometieron a celebrar nuevas elecciones tras ese período. La premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi fue detenida. Se expande el repudio internacional
El Ejército de Myanmar (ex Birmania) dio hoy un golpe de Estado y tomó el poder político del país por un año. Así, los militares irrumpieron el complicado proceso de retorno a la democracia tras casi medio siglo de dictadura y las elecciones que tuvieron al partido de la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, hoy detenida, como ganador.
"Protesten con todo corazón", pidió la activista prodemocrática en un mensaje por Facebook luego de que las Fuerzas Armadas emitieran un comunicado televisivo en el que anunciaron la decisión. El hecho ocurre el mismo día que se inauguraban las sesiones del Parlamento y luego de varias jornadas de rumores de que el Ejército planeaba un nuevo golpe de Estado.
Más tarde, el Ejército se comprometió a celebrar nuevas elecciones tras el estado de excepción.
Las Fuerzas justificaron el golpe e indicaron que la toma del poder se hizo necesaria porque el Gobierno civil liderado por Suu Kyi no hizo nada sobre las denuncias de los militares de fraude en las elecciones de noviembre pasado.
La Liga Nacional para la Democracia (LND), ganó los comicios por amplia mayoría, pero el Ejército, que nunca cedió el poder del todo a los civiles, denunció irregularidades y reprochó al Gobierno haber decidido celebrar las elecciones en medio de la pandemia de coronavirus.
Los militares dijeron que sus acciones tenían una base legal: una sección de la Constitución elaborada por ellos mismos que los autoriza a tomar el control del país ante una emergencia nacional.
Pero el partido de Suu Kyi y gran parte de la comunidad internacional dijeron que se trató de un golpe de Estado.
En qué contexto se da el golpe de Estado
Los acontecimientos constituyen una dramática regresión para Myanmar, la ex-Birmania, que a duras penas estaba tratando de salir de décadas de Gobiernos militares y de un ostracismo internacional que había comenzado en 1962.
También representan una impactante caída de Suu Kyi, quien había pasado años bajo arresto domiciliario por sus esfuerzos por restablecer la democracia y que tras su liberación se había convertido en la líder de facto del país gracias a la victoria de su LND en las elecciones de 2015, que marcaron el retorno a un cierto Estado de derecho.
Aunque Suu Kyi fue una férrea adversaria del Ejército durante sus años de detención, tras su libertad y su regreso a la política trabajó en estrecha colaboración con los generales.
Aunque la dirigente de 75 años siguió siendo muy popular en Myanmar, su apoyo incondicional al Ejército, incluyendo su brutal represión de la minoría musulmana de los rohingyas -que Estados Unidos y otros países han denunciado como un genocidio-, hizo añicos su reputación mundial y la convirtió en una paria internacional.
Myanmar salió hace apenas diez años de un régimen militar que dirigió el país durante casi cinco décadas. Los dos últimos golpes de Estado desde la independencia del país en 1948 se remontan a 1962 y 1988.
Los militares denunciaban desde hace semanas más de una decena de millones de casos de fraudes en las legislativas de noviembre, en las que el partido del Ejército tuvo un muy pobre desempeño.
Los temores de un golpe aumentaron cuando el jefe del Ejército, el general Min Aung Hlaing, sin duda el hombre más poderoso de Myanmar, declaró días atrás que la Constitución podría ser "revocada" bajo ciertas circunstancias.
Los comicios de noviembre fueron las segundas elecciones generales desde 2011, cuando se disolvió la junta militar.
En 2015, la LND ganó por amplia mayoría, pero se vio obligada a compartir el poder con el Ejército, que controlaba tres ministerios clave, Interior, Defensa y Fronteras.
Sin embargo, el golpe de Estado suscitó una avalancha de condenas internacionales. Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea (UE) denunciaron de inmediato el golpe.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pidió "liberar a todos los responsables del Gobierno así como a los dirigentes de la sociedad civil y respetar la voluntad del pueblo de Myanmar tal y como se expresó en las elecciones democráticas del 8 de noviembre".
Suu Kyi, el presidente de la República, Win Myint, y otros responsables del partido fueron detenidos en Naypyidó, la capital, dijo Myo Nyunt, portavoz del LND, a la agencia de noticias AFP.
Los militares acordonaron las carreteras alrededor de la capital con tropas armadas, camiones y vehículos blindados de transporte mientras helicópteros sobrevolaban la ciudad.
En el comunicado leído en su canal Myawaddy TV, el Ejército decretó un estado de emergencia de un año y anunció que el exgeneral Myint Swe será mientras tanto el presidente en funciones.