Tras cuatro días del inicio de la invasión rusa a Ucrania, el gobierno de Volodímir Zelenski aceptó dialogar mañana con la administración de Vladímir Putin en la frontera entre Ucrania y Bielorrusia. El encuentro se logró a través de la intervención del mandatario bielorruso, Alexander Lukashenko, y será sin condiciones previas.

Este domingo, Rusia envió una delegación a la ciudad bielorrusa de Gomel e invitó a Ucrania a hacer lo mismo para iniciar negociaciones por la invasión rusa. Sin embargo, Zelenski rechazó conversar en Bielorrusia debido a que el gobierno cedió su territorio para que Rusia lanzara parte de su invasión desde allí.

En cambio, propuso, en cambio, hacerlo en las capitales de Polonia, Eslovaquia, Hungría o Azerbaiyán, o en Turquía. En el medio, el presidente ruso, Vladímir Putin, había acusado a Ucrania de desaprovechar una oportunidad para negociar.

Pero poco después, el gobernante ucraniano dijo que habló por teléfono con Lukashenko y aceptó conversar con Rusia en la frontera con Bielorrusia, cerca de la zona de exclusión de la ciudad ucraniana de Chernóbil. La ubicación exacta se mantuvo en secreto. 

Según indicó la cuenta de Volodímir Zelenski, el presidente Lukashenko le aseguró que “todos los aviones, helicópteros y misiles estacionados en territorio bielorruso permanecerán en tierra durante el viaje, las negociaciones y el regreso de la delegación ucraniana”.

"La delegación ucraniana se entrevistará con la (delegación) rusa sin fijar condiciones previas en la frontera ucrano-bielorrusa, en la región del río Prípiat", declaró la Presidencia ucraniana en un comunicado, informó la agencia de noticias AFP.

Moscú quiere la rendición de las fuerzas ucranianas y deponer a su gobierno pro occidental para que el territorio sea “neutral”, unas condiciones consideradas inaceptables por Kiev.

En simultáneo a esta situación, Putin, ordenó hoy que las fuerzas de disuasión nucleares de Rusia sean puestas en alerta, en medio de altas tensiones con Occidente por la invasión de Ucrania.

Durante una reunión con funcionarios de primera línea de su Gobierno, el jerarca ruso denunció que potencias de la OTAN hicieron "declaraciones agresivas" y que países occidentales habían sancionado a Rusia, incluyendo a él mismo, por la operación en Ucrania.

El presidente ruso ordenó entonces a su ministro de Defensa y al jefe del estado mayor conjunto de las Fuerzas Armadas rusas poner a las fuerzas de disuasión nuclear en "alerta especial de combate", publicó la agencia de noticias AFP.