La NASA anunció que la Estación Espacial Internacional operará hasta el 2030, año en que saldrá de órbita para ser reemplazada por estaciones privadas. Hasta ese momento, se va a realizar un plan de transición, del cual forman parte los vuelos comerciales en órbita baja terrestre (LEO), gestionados por empresas como SpaceX y Boeing. 

 

Estación Espacial Internacional: qué sucederá después del 2030

La agencia espacial ya tiene los acuerdos para el diseño de tres estaciones espaciales comerciales independientes, según informó en su sitio web. Estos nuevos destinos están programados para iniciar operaciones a finales de la década, atendiendo tanto a clientes gubernamentales como privados.

Phil McAlister, director de espacio comercial de la NASA, destacó que el sector privado está preparado técnicamente y financieramente para desarrollar y operar estos destinos comerciales con el apoyo de la NASA. La agencia planea ser uno de los muchos clientes de estos proveedores, adquiriendo solo los servicios necesarios.

Los destinos comerciales, junto con la tripulación comercial y el transporte de carga, formarán la base de la economía en órbita baja terrestre después del retiro de la Estación Espacial Internacional en 2030.

 

 

 

Así volverá a Tierra la Estación Espacial

La NASA dice que la EEI se desorbitará en 2031. ¿Su plan para realizarlo? Estrellar la Estación intencionadamente en el océano.

Para preparar el retiro de la Estación Espacial Internacional (ISS), el control de misión comenzará a reducir gradualmente su altitud mediante maniobras retrógradas. Estas se ajustarán según la actividad solar, que afecta la resistencia atmosférica y la velocidad de la ISS. Finalmente habrá un descenso controlado, en el que la nave se prenderá fuego sobre el Océano Pacífico Sur, garantizando una entrada segura en la atmósfera terrestre.

Podría parecer que el mejor lugar para mantener la Estación Espacial Internacional es en el espacio, debido al peligro que supone su reingreso a la Tierra. Sin embargo, hay un problema: no permanecerá allí sin un empujón ocasional. Sin él, acabará estrellándose contra la Tierra. Desorbitarla a propósito es una forma de asegurarse de que cae en un océano vacío, y no encima de la casa de nadie.

Quizás algo de la EEI sobreviva, al menos parcialmente. Y, por supuesto, con partes derretidas de cuando atraviese la atmósfera.