La UE reabre la puja fiscal entre los países del Norte y del Sur del bloque

Los topes de gasto público y sobre todo de endeudamiento, suspendidos debido a la pandemia, vuelven a estar en discusión entre los miembros de la Unión

BAE Negocios

La Comisión Europea (CE) reabrió oficialmente el debate sobre el futuro de las reglas fiscales, que establecen límites al déficit y la deuda públicos y fijan sendas de consolidación para aquellos países que los superan, con el objetivo de encontrar el "consenso" con miras al 2023.

"No podemos estar satisfechos solo con un repunte de nuestras economías. Debemos perseguir un crecimiento que sea sostenido y sostenible y con esto en mente debemos relanzar la revisión de nuestra gobernanza económica. Son necesarios algunos cambios", dijo en una rueda de prensa el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, según informó el sitio europapress.

El Pacto de Estabilidad y Crecimiento está suspendido desde el inicio de la pandemia para dar margen a los gobiernos del bloque a aumentar el gasto público en respuesta a la crisis provocada por la pandemia. Las reglas presupuestarias seguirán congeladas en 2022 pero será el último año en que esto pase.

 "Tras la conmoción sin precedentes del año pasado, la economía europea se está recuperando con fuerza. El poderoso apoyo fiscal proporcionado durante la pandemia ha llevado a niveles de deuda más altos. Estos desafíos hacen que sea aún más esencial contar con un marco fiscal transparente y eficaz", agregó Gentiloni.

 

Posiciones

La discusión se centra en si la vuelta a la disciplina presupuestaria debe hacerse con las normas anteriores, o éstas se revisan con menos  exigencias y más margen de actuación para los gobiernos del bloque.

La UE cuenta desde el Tratado de Maastrich de 1992 con límites sobre la deuda pública y el déficit público, del 60% y 3% del PIB, respectivamente. 

Miembros como Austria, Países Bajos, los nórdicos, República Checa, Eslovaquia y Letonia publicaron en septiembre una carta conjunta en la que se abrían a cambios en el Pacto pero se oponían a una relajación más ambiciosa.

En tanto que países como España, Francia o Italia, defienden una reforma profunda que adecue las normas a la nueva realidad y a las "necesidades de inversión derivadas de la recuperación", en palabras de la vicepresidenta de Asuntos Económicos del Gobierno español, Nadia Calviño.

"No debemos matar el crecimiento", argumentó su colega francés, Bruno Le Maire.

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