Se desaceleran las ventas minoristas en Brasil

La economía parece empezar a sentir el retiro de los estímulos multimillonarios con los que Bolsonaro intentó fallidamente lograr su reelección

BAE Negocios

Las ventas minoristas de Brasil se desaceleraron notablemente en octubre a medida que el impacto de un multimillonario paquete de estímulo patrocinado por el presidente saliente Jair Bolsonaro comienza a desvanecerse.

Las ventas aumentaron un 0,4% con respecto al mes anterior, después de subir un 1,1% en septiembre, informó la agencia nacional de estadísticas. En términos anuales, el sector se expandió un 2,7%, frente al 3,2% de septiembre.

Ambas cifras superaron ligeramente las estimaciones de los economistas, que esperaban un crecimiento del 0,3% y el 2,4%, respectivamente, según una encuesta de Bloomberg.

La demanda venía siendo impulsada por los programas de estímulo de Bolsonaro, destinados a ayudar a amortiguar el golpe de la inflación que se sitúa sobre el objetivo. Su sucesor, Luiz Inácio Lula da Silva, negocia ahora con el Congreso cómo hacer permanentes los pagos mensuales de 600 reales (115 dólares) a los pobres. La preocupación de los inversores por las cuentas públicas y un posible repunte del gasto alimentan las apuestas a que la tasa de interés y los precios al consumidor se mantendrán elevados.

Las ventas de muebles y electrodomésticos crecieron 2,2% en el mes, mientras que las de otros artículos de uso personal aumentaron 2,6%, en parte impulsadas por descuentos y ofertas previas al Black Friday.

 

Tasas sin cambios

Los datos se conocieron horas después de que el Banco Central de Brasil dejara sin cambios las tasas de interés en 13,75% por tercera vez consecutiva, lo que destaca la incertidumbre fiscal derivada de un previsto aumento del gasto con el presidente electo Luiz Inácio Lula da Silva.

La decisión del comité que fija la política monetaria de la entidad, el Copom, fue la primera desde la victoria electoral de Lula el 30 de octubre.

Aunque se esperaba que el banco mantuviera las tasas estables, su advertencia sobre los planes de gasto de Lula y su posible impacto en la inflación se suma a un creciente coro de preocupaciones de los inversores que han vendido activos brasileños.

"El comité seguirá de cerca la evolución futura de la política fiscal y, en particular, sus efectos sobre los precios de los activos y las expectativas de inflación, con impactos potenciales sobre la dinámica de la inflación futura", dijo el banco central en su comunicado, destacando que la incertidumbre fiscal había "aumentado".

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