Simulan un ataque ruso al Reino Unido y el resultado es alarmante
El Reino Unido simuló el primer ataque ruso a Ucrania en su propio territorio. Cómo es la nueva guerra, con enjambres de drones y un teatro de operaciones de 15 metros de altura
Una simulación militar del Reino Unido reveló serias vulnerabilidades en sus sistemas de defensa aérea si Rusia replicara en suelo británico el ataque inicial contra Ucrania. El ejercicio se basó en el bombardeo masivo lanzado por Moscú el 24 de febrero de 2022, y expuso que las defensas británicas no lograron frenar completamente la ofensiva.
El simulacro se realizó utilizando Gladiator, una plataforma de entrenamiento sintético valuada en unos 32 millones de dólares, según detalló el comodoro del aire Blythe Crawford, excomandante del Centro de Entrenamiento del Espacio Aéreo británico. Durante una conferencia en el Royal United Services Institute (RUSI), Crawford afirmó: “No fue una imagen bonita”.
Ucrania nos hizo abrir los ojos"
La premisa del ejercicio fue simple y perturbadora: cargar en Gladiator la primera noche de la invasión rusa a Ucrania, pero reemplazó ese país por el Reino Unido como blanco del ataque. Aunque los detalles del resultado permanecen clasificados, se entiende que varios misiles lograron atravesar las defensas aéreas simuladas del Reino Unido.
“Hemos estado durante años parados en el borde occidental de Europa sintiendo que el resto del continente se interponía entre nosotros y el enemigo”, dijo Crawford. “Ucrania nos hizo abrir los ojos”.
El comandante explicó que, a partir de esa toma de conciencia, el centro de guerra aérea comenzó a trabajar en nuevas estrategias defensivas. “Durante décadas creímos que nuestras bases estaban a salvo por estar lejos del frente. Eso ya no se puede asumir”, alertó.
El Reino Unido invirtió en sistemas integrados que combinan buques, aeronaves y plataformas terrestres, con el fin de construir una defensa escalonada. Entre sus recursos se encuentra el misil Sea Viper, capaz de interceptar proyectiles balísticos como los lanzados por milicias hutíes en el Mar Rojo.
No obstante, Crawford advirtió que el panorama se volvió “mucho más complejo” en los últimos tres años, no solo por la variedad de sistemas a interceptar, sino por la “masa” de amenazas. “Cuando ves enjambres de cientos de drones —algunos señuelos, otros armados— la pregunta es cómo enfrentarlos todos, o si deberías enfrentarlos todos”, explicó.
La guerra en Ucrania
La guerra en Ucrania se convirtió en una referencia obligada. “Dos países con defensas aéreas integradas muy capaces, enfrentados, y ninguno logra superioridad aérea real”, sintetizó Crawford. Según su análisis, el concepto clásico de superioridad aérea ha cambiado: ya no se trata de dominar un teatro de operaciones amplio, sino de controlar “de trinchera a trinchera y desde el suelo hasta los 15 metros de altura”.
El Ministerio de Defensa británico afirmó que el país “está plenamente preparado para defenderse ante cualquier amenaza junto a sus aliados de la OTAN”. Un vocero subrayó que las fuerzas armadas cuentan con “capacidades avanzadas”, incluidas armas de energía dirigida y aviones como el Typhoon, además de misiles portátiles como el Starstreak.
Pese a estas capacidades, la simulación dejó una advertencia latente. Los ataques combinados —como los que Rusia lanza a diario sobre Ucrania— integran misiles de corto y largo alcance, drones suicidas y armas hipersónicas. Moscú utilizó misiles provistos por Corea del Norte y drones iraníes Shahed. También desplegó armas como el Zircon y el Kinzhal, cuya velocidad supera cinco veces la del sonido y que, según el Kremlin, son casi imposibles de interceptar.
Aunque Kiev sostiene que logró derribar algunos con sistemas Patriot, los expertos coinciden en que este tipo de armas vuelve obsoletas muchas defensas tradicionales. En mayo de 2024, The Financial Times informó que la OTAN solo contaba con el 5% de las defensas aéreas necesarias para cubrir Europa del Este y Central ante un ataque a gran escala.
“En un futuro cercano, Europa no podrá defenderse sola ante un ataque ruso”, advirtió un funcionario checo citado por Newsweek. Si Rusia libera recursos con un cese del fuego en Ucrania, “podría atacar a los aliados bálticos y los europeos por sí solos difícilmente podrían detenerlo”.