El presidente de Haití, Jovenel Moïse, fue asesinado este miércoles por un grupo comando que asaltó la residencia privada del mandatario e hirió a la primera dama, Martine Moïse y a uno de sus hijos. 

"Un grupo de desconocidos, algunos de ellos de habla hispana, atacaron la residencia privada del presidente de la república e hirieron de muerte al jefe de Estado", informó el primer ministro interino, Claude Joseph.

El episodio calificado por las autoridades locales como "un acto de barbarie", tiene como correlato la escalada de violencia por la que atraviesa en las últimas jornadas la nación más pobre de América: en la noche del 29 de junio, la activista de derechos humanos Antoinette Duclaire, de 33 años, y su amigo y colega Diego Charles, de 33 años , periodista de Radio Tele Vision 2000, fueron asesinados en Puerto Príncipe. 

Duclaire, referente feminista que se había pronunciado contra "la corrupción y la impunidad" del gobierno de Moïse y "de sus poderosos asociados", recibió siete balas, dos en la cabeza y varias más en el pecho. Sin embargo, la misma noche de su deceso, más de 20 personas también fueron masacradas en las calles de la ciudad capital.

El aeropuerto de Puerto Príncipe se encuentra clausurado y las aerolíneas que vuelan a la capital haitiana suspendieron o desviaron sus vuelos.

En paralelo, República Dominicana cerró su frontera, y el presidente Luis Abinader ordenó la clausura de los cuatro pasos que conectan con la nación lindera, al igual que reforzó la vigilancia en la zona, según informó un responsable del Cuerpo Especializado en Seguridad Fronteriza Terrestre (Cesfront). 

“La democracia y la República vencerán”, concluye el comunicado firmado por Joseph.