La economía de las obras sociales, un alerta rojo que la CGT expone al Gobierno
La Secretaría de Acción Social de la central considera que el sistema para la atención de la salud a 14.000.000 de personas está en severa crisis. Puntualizan que la mayo erogación se cifra en la atención a prestaciones por discapacidad y que este año no recibieron los fondos que les son propios para esas prestadoras
Entre la ansiedad y sus tensiones propias la CGT espera su reencuentro con el ministro Sergio Massa y no sólo en relación al respaldo explícito del sector dialoguista y dominante de Azopardo por la candidatura presidencial, sino por las cuentas en rojo del sistema de obras sociales sindicales. El titular de la secretaría de Acción Social de la central José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) reseñó dicho escenario como alarmante. “En lo que va de 2023 no recibimos ni un solo aporte extraordinario del Fondo de Redistribución Solidaria, el sistema está en rojo. Se sostiene por el aporte de los sindicatos”, dijo Lingeri.
Si de aguardar se trata los gremios esperaban un aporte extraordinario de $9.000.000.000 mensuales. Y con 5 meses de deuda la acreditación pendiente es de $45.000.000.000.
El acento de las alarmas lo trazan en las prestaciones por discapacidad, y acotan que “el 0,7% de los beneficiarios del sistema consumen el 75% de los recursos del FSR”.
Como publicó BAE Negocios no fue la única voz cegetista en cuanto uno de los temas “clásicos” del derrotero de las organizaciones gremiales desde hace años. El titular de La Fraternidad Omar Maturano desafió al Gobierno al ironizar “que avisen y les damos las llaves de las obras sociales, pero ojo, que después el Gobierno se haga cargo”, remató.
En paralelo al Frente de Todos la CGT tampoco puede evitar sus errores "no forzados" en diversos temas lo cual profundiza sus grietas intestinas, pero en cuanto al sistema de salud hay unanimidad. Ese mapa grafica que existen 14.244.066 beneficiarios en 288 obras sociales inscriptas en el registro de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS). Cerca de 12.000.000 de personas están en el régimen general, 2.000.000 son monotributistas y hay 255.000 empleadas domésticas.
Lingeri les manifestó a sus pares de Azopardo que desde el punto de vista de los recursos “se aprecia un déficit actual y una proyección que mantiene y acrecienta esa deuda”.
Demografía de afiliados y afiliadasLa CGT reseñó también que el 70% de los afiliados se concentra en 40 entidades y el 75% se concentra en Buenos Aires, CABA, Santa Fe, Córdoba y Mendoza.
“La cápita promedio del sistema a marzo de 2023 es de $ 8.604 Con este valor como referencia vemos que el 33% de las obras sociales tienen un ingreso promedio por encima de este valor mientras que las restantes no llegan a la media del sistema”, reflexionó´el titular gremial de Obras Sanitarias. Para el capítulo vigente del Programa Médico Obligatorio (PMO) el mismo supera esa cifra promedio de ingreso, y deriva en una deducción simple: la mayoría de las obras sociales del Sistema Nacional del Seguro de Salud no logra cubrir este costo.
A coro, la variopinta dirigencia del movimiento obrero, coincide en una sentencia “gran parte del déficit lo están cubriendo los sindicatos con aportes a sus obras sociales”, y ante la duda invitan a descreídos a repasar las cifras sobre la atención que prestaron en la pandemia.
Cuestión de fondos, fe y pesosMientras que algunos referentes de la CGT durante las últimas horas confesaron “no sé si Massa es el candidato a presidente indicado, como dicen otros compañeros o si es un santo como creen otros. Pero todos le prendemos una vela para que solucione el tema de las obras sociales”. El Fondo Solidario de Redistribución (FSR) también ofrece datos duros. El mismo se genera desde un porcentaje que va entre el 15% y el 20% de los aportes y contribuciones, dependiendo de la naturaleza de la obra social y presenta dos objetivos explícitos.
Su mecanismo es un reaseguro para cubrir enfermedades de alto costo y baja incidencia, a partir de los reintegros que financia el Sistema Único de Reintegros (SUR). En 2017, bajo el gobierno de Mauricio Macri, se le sumó el Mecanismo de Integración, y todo se definió para compensar gastos.
En cuanto a lo contable el FSR es redistributivo y se conforma también con la transferencia de subsidios, a saber: el Subsidio Automático Nominativo de Obras Sociales (SANO), el Subsidio de Mitigación de Asimetrías (SUMA), el Subsidio de Mitigación de Asimetrías para Regímenes de Trabajo Especial (Sumarte) y el actual Subsidio para Mayores de 65 años (SUMA 65). Con esta arquitectura se compensan los ingresos a las diferentes obras sociales.
Erase una vez en la era CambiemosReferida a la integración del sistema el decreto 904/2016 estableció un mecanismo de financiamiento para las personas con discapacidad, “la principal aspiradora de fondos” acotan otros dirigentes sindicales y que representa un costo del 75% del ingreso del FSR. “Cuando el sistema comenzó en 2016, representaba el 22% del gasto”, acotaron desde la CGT con las planillas certificantes de la AFIP.
Para el primer tópico de la distribución automática, se remarca que la SSS es el agente de información a la AFIP. Y dicha administración federal los recursos, de acuerdo con la evolución de la recaudación, se transfieren a la cuenta que cada obra social posee en el Banco Nación para el ítem discapacidad. “Con ese monto se cubren las prestaciones de 99.843 personas con discapacidad” y el cálculo del gasto per cápita promedio es de $ 131.052. “El 47% de este gasto corresponde a educación y transporte para los pacientes, prestaciones no ligadas a situaciones sanitarias de manera directa”, remarcaron desde la Secretaría de Acción Social. Y concluyen que “el 0,7% de los beneficiarios del sistema consumen el 75% de los recursos del FSR”.