En cada rincón de Marcos Paz resuena la pregunta: “¿Adónde van los recursos?”. Esta incógnita está potenciada por la escasez de obras y servicios, principalmente en los barrios más alejados del casco céntrico del distrito. En este contexto de carencias, la inseguridad se aprovecha y avanza a pasos agigantados.

Un asalto a mano armada en pleno acceso a dicha localidad, en horas de la tarde, con un fluido transitar de vehículos y personas, dejó al desnudo la ausencia municipal en cuestiones relevantes para la comunidad. Puesto que no solamente se desatiende la seguridad de los vecinos, sino también sus necesidades prioritarias, más aún en las zonas más distantes al centro de Marcos Paz.

En este sentido, Franco Guisarri, referente vecinal, señaló que “es en los barrios donde resulta más visible el abandono municipal: no los tienen en cuenta”. Una muestra de ello radica en la red de alumbrado público, cuyo funcionamiento es por demás irregular e insuficiente. Puesto que “los vecinos viven en penumbras, porque hay cuadras que solo tienen dos lámparas, y solo una anda, y eso con suerte, porque en otra no las hay, y les cobran igual, lo cual es una estafa. Un impuesto de alumbrado suele ascender a 1.800 pesos”, detalló Guisarri.

En materia de obras, los habitantes reconocen que estas se plasman en mejorar la estética de las “placitas”, mientras que los accesos reflejan un estado intransitable, que se traduce en una ventaja para los delincuentes, principalmente los denominados “motochorros”, ante la dificultad de los móviles policiales de desplazarse por las calles. Las cuales no cuentan con zanjas, significando un peligro constante de inundaciones en jornadas de lluvia. A esta falta de servicios se le añade el tan cuestionado funcionamiento del Hospital Municipal, que fue objeto de innumerables denuncias.

Al respecto, el mencionado vecino remarcó que “el sistema de salud es deplorable, no hay pediatras ni ginecólogos, pero sí muertes injustificadas por mala praxis. Este hospital es la nada misma”.

En tanto, el presupuesto municipal ronda los 7.500 millones de pesos, de los cuales según Guisarri “el 26% va al hospital y es mentira, el 16% se aplica a obras, y un 11% para seguridad y educación, lo que es irrisorio para dos sectores tan importantes. El 47% se destina a secretarías, que son 60, para una población de 60.000 habitantes. Una barbaridad”. Un panorama desolador que los mismos vecinos de Marcos Paz reconocen que vienen soportando desde los inicios de la actual gestión, que se remonta a más de una década.