La audiencia paritaria que se desarrolló este martes para el rubro de las metalmecánicas metalúrgicas entre la UOM y las cámaras empresarias no llegó a instancia de acuerdo.  
Un debate bajo la conciliación obligatoria que dispuso la secretaría de Trabajo jornadas atrás y vence el lunes 26. La tregua forzada frenó el plan de lucha que ese gremio decretó en su Congreso Nacional de Delegados realizado en Mar del Plata. Esas medidas de fuerza se definieron en reclamo de mejoras salariales y contra las políticas anti industriales de la gestión libertaria.

Los sindicalistas, como anticipó BAE Negocios, llegaban a la mesa de negociación que tuvo lugar por videoconferencia, con ínfimas expectativas de plasmar un acuerdo o tan siquiera un avance.

Dentro de esta tónica las deliberaciones pasaron a cuarto intermedio hasta el jueves 22.
Se recuerda que en esta negociación las empresas ofrecieron el 2% para abril y 1% para mayo y junio, una propuesta con la partitura de la Casa Rosada y que fue rechazada por la UOM ante el nivel de inflación, y con la misma tesitura que la CGT resumió en cuanto a los “precios liberados” y por ende la “inflación real”.

El secretario general de la UOM Abel Furlán reitera que “la situación es muy compleja. Ya perdimos 22.000 puestos de trabajo, y tenemos en riesgo entre 30.000 y 50.000 más por la apertura indiscriminada de importaciones”. Las cesantías ya se detonaron en zonas fabriles del Conurbano, como lo expresara Adrián Pérez el titular de la UOM Quilmes, Florencio Varela y Berazategui.

Desde las voces patronales Carlos Biller, gerente de la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria Metalúrgica Argentina (Camima) echó mano al costo laboral y explicó que “la UOM insiste en que tiene que recuperar poder adquisitivo y la parte empresaria busca acordar un incremento que las empresas puedan pagar”.

En cuanto a su visión respecto al futuro inmediato de esta negociación colectiva y ante la consulta de este diario sentenció “no vemos posibilidades de acercamiento si la UOM mantiene esta búsqueda de un incremento que, desde nuestra perspectiva, no se condice con la realidad”.

Según Biller la era libertaria conserva escollos para las empleadoras que se mantienen y en la actual coyuntura “el principal problema lo tienen las pymes, donde la recuperación es más lenta porque los costos en dólares se vieron incrementados fuertemente y cualquier aumento tan significativo en mano de obra, que representa más del 50% de los costos,  repercute considerablemente en la estructura de costos de las pymes”.