Visita a los represores: una diputada libertaria dijo que la tenía el "okey" de Bullrich
La diputada Rocío Bonacci, que fue parte de la comitiva que fue al Penal de Ezeiza, dijo que se pasaron por alto los protocolos de seguridad habituales.
La diputada libertaria Rocío Bonacci, que aseguró que "engañada" para ir al Penal de Ezeiza, reveló que la visita a los genocidas tenía el visto bueno de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
“Lo craneó Beltrán (Benedit), supongo que con ayuda de Guillermo (Montenegro), y parece ser, a raíz de unos chats que salieron ayer, todavía no lo charlé con el bloque, que esto tenía un okey de Patricia Bullrich”, aseguró la legisladora santafecina de La Libertad Avanza, en diálogo con Radio Mitre.
Según explicó Bonacci, se pasaron por alto los protocolos de seguridad que se realizan en una visita a las cárceles. “Simplemente nos abrieron la puerta, ingresamos, conversamos, nos recibieron muy cordialmente y los diputados teníamos todos nuestros teléfonos”, contó.
“Fue todo muy irregular. De hecho, ingreso al pabellón consciente de que me iban a tantear los bolsillos, que me iban a pedir el teléfono y más datos y no pasó”, sostuvo la diputada, que días atrás afirmó que fue "engañada" por Benedit, quien organizó la visita en el chat de diputados, en el que también está el presidente de la Cámara baja, Martín Menem.
Sus dichos contradicen la versión oficial de la Casa Rosada y del propio Menem sobre que se trató de una "acción personal" de los diputados.
Otra de las legisladores que estuvo en Ezeiza, Lourdes Arrieta, había señalado, en una entrevista con C5N, que el jefe de la bancada oficialista, Gabriel Bornorini, estaba al tanto de la "visita humanitaria" que organizó Benedit.
Bonacci reiteró que ella fue "engañada" y se despegó del discurso negacionistas de algunos de sus compañeros de bancada: "Le comuniqué a Beltrán que no me iba a poner a defender este proyecto que tira a la basura 40 años de democracia”. Y continuó: “No merecen que gastemos nuestro tiempo. Fueron horas desagradables. No me quedó otra que quedarme ahí, en un momento de la reunión pedí retirarme y me pidieron que esperara para salir todos juntos”.
La diputada dijo que el objetivo de la delegación era “comunicarse con los genocidas para armar una especie de proyecto”. "Les comenté que no quería participar, que no iba a presentarme con los genocidas, que iba intercambiar información ni dialogar porque me repugnaba, estaba descompuesta del estómago”, sostuvo.
“La gente que nos votó no nos puso para que estemos pendientes de este tema, más habiendo sido elegidos democráticamente”, concluyó.