FRÍO

Ducha caliente antes de dormir: el ritual térmico que mejora el sueño en invierno

Una ducha caliente antes de acostarse no solo relaja: también ayuda a regular la temperatura corporal y conciliar mejor el sueño. Cuánto tiempo y a qué hora.

BAE Negocios

Durante el invierno, una ducha caliente puede ser mucho más que una rutina de higiene: es una herramienta útil para mejorar el descanso nocturno. La razón es fisiológica. Al exponer el cuerpo al calor del agua, los vasos sanguíneos se dilatan, favoreciendo la circulación periférica y ayudando a disipar el calor central.

Al salir de la ducha, esa leve baja de temperatura actúa como una señal biológica que predispone al cuerpo al sueño. Se recomienda hacerlo entre 30 y 60 minutos antes de acostarse, con agua caliente pero no hirviendo, y durante no más de 10 minutos.

En la Argentina, donde los inviernos pueden ser crudos y el cambio de temperatura entre la calle y el interior del hogar es brusco, este ritual resulta especialmente útil. Combinado con otras acciones —como usar medias térmicas, precalentar la cama o mantener una iluminación tenue— potencia su efecto relajante y térmico. Dormir bien también es cuestión de temperatura.

 

Esta nota habla de: