El rayo de 700 km que cruzó tres estados y batió un récord imposible
La Organización Meteorológica Mundial certificó el rayo más largo de la historia. Su medición, posible gracias a nueva tecnología satelital, revoluciona la ciencia del clima y el negocio de la gestión de riesgos.
Durante décadas, pensamos que los rayos eran eventos locales y casi instantáneos. Sin embargo, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó un Récord Guinness que destroza esa idea: un único rayo que viajó una distancia horizontal de 768 kilómetros, casi la distancia entre Buenos Aires y Córdoba.
Este fenómeno, conocido como "megaflash", fue detectado por satélites geoestacionarios. Su medición marca un antes y un después en la meteorología, demostrando que los sistemas de tormentas pueden generar eventos eléctricos de una escala continental que antes era inimaginable.
La tecnología que ve lo invisible
Este récord solo pudo ser certificado gracias a los avances en la tecnología de monitoreo satelital. Los nuevos sensores pueden mapear la actividad eléctrica de la atmósfera de forma continua y a gran escala, algo que era imposible con los detectores terrestres. Esta capacidad tecnológica está impulsando un negocio multimillonario en torno a los datos climáticos. Empresas de diversos sectores utilizan esta información para:
- Aseguradoras: Para calcular con mayor precisión los riesgos de tormentas eléctricas y ajustar las pólizas.
- Aerolíneas y transporte marítimo: Para optimizar las rutas y evitar zonas de meteorología extrema.
- Energéticas: Para proteger las redes eléctricas de sobretensiones causadas por rayos.
Más allá del negocio, este récord tiene implicaciones científicas profundas. Los "megaflashes" son un indicador de que las tormentas se están volviendo más grandes y energéticamente más potentes, una tendencia que muchos científicos vinculan con el cambio climático. Estudiar estos fenómenos extremos es vital para:
- Mejorar los modelos de predicción meteorológica.
- Actualizar los protocolos de seguridad pública.
- Comprender la nueva dinámica de un planeta en transformación.
El récord del rayo más largo nos enseña que, gracias a la tecnología, estamos descubriendo que los fenómenos naturales son mucho más grandiosos y complejos de lo que jamás imaginamos, y que necesitamos entenderlos para adaptarnos al futuro.