La milanesa es uno de los platos más populares en Argentina y forma parte del menú cotidiano de millones de hogares. Su origen proviene de Italia, donde existía la cotoletta alla milanese.

Sin embargo, al llegar al Río de la Plata, la receta se adaptó a los ingredientes locales hasta convertirse en un clásico infaltable de la gastronomía argentina.

 

 

 

Ingredientes para hacer milanesas clásicas

Para preparar unas milanesas crujientes y sabrosas, vas a necesitar:

• 4 bifes de carne (nalga o cuadrada)
• 2 huevos
• 1 taza de pan rallado
• 1/2 taza de harina
• 1 diente de ajo picado
• Perejil fresco a gusto
• Sal y pimienta
• Aceite para freír
•  

Paso a paso: cómo preparar milanesas caseras

Preparar la mezcla de huevo: Batí los huevos en un bol y agregá el ajo, el perejil, sal y pimienta.

Armar la estación de rebozado: En un plato colocá la harina y en otro el pan rallado.

Rebozar la carne: Pasá cada bife primero por la harina, luego por la mezcla de huevo y finalmente por el pan rallado, presionando bien para que se adhiera.

Freír o cocinar al horno: Podés freírlas en abundante aceite caliente hasta que estén doradas o cocinarlas al horno para una versión más liviana.

Calienta el aceite en una sartén grande a fuego medio. Una vez caliente, fríe las milanesas durante unos 3-4 minutos de cada lado, o hasta que estén doradas y crujientes. Retíralas y colócalas sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.

 

Un clásico que nunca falla

La milanesa se puede disfrutar de múltiples maneras: al plato con puré o papas fritas, en sándwich (milanesa al pan) o como base de la popular milanesa a la napolitana, con salsa de tomate, jamón y queso gratinado.

Es un plato versátil, económico y lleno de sabor, que explica por qué la milanesa es un verdadero ícono de la cocina argentina.

 

 

La milanesa no solo es un plato delicioso, sino que también es un reflejo de la fusión cultural que caracteriza a Argentina. A lo largo de los años, se han creado muchas variantes, como la milanesa a la napolitana, que lleva salsa de tomate y queso derretido. Sin embargo, la versión clásica sigue siendo la favorita de muchos, gracias a su sencillez y sabor inigualable.