BÚSQUEDA LABORAL

Tener un buen CV va más allá del diseño: conocé el método Harvard

Según el método Harvard, lo importante es cómo se organiza la información

BAE Negocios

Mucha gente dedica horas a tener un diseño único y original para su currículum, con el fin de destacar entre los demás candidatos que se presentan a una búsqueda laboral. Sin embargo, la presentación no es lo más importante, sino la información. 

En este aspecto, el método Harvard está ganando popularidad en todo el mundo, ya que su diseño estructurado y profesional facilita la lectura y mejora las oportunidades de los candidatos.

 

 

¿Qué es el método Harvard para hacer un currículum?

Este modelo se distingue por su formato simple y sin elementos decorativos, como colores o columnas, a diferencia de los diseños llamativos que ofrecen algunas plataformas. Su enfoque es claro y directo, resaltando la información clave para los reclutadores.

Uno de los principales beneficios de este método es que organiza la información en secciones bien definidas, lo que permite destacar habilidades, logros y experiencia laboral de manera estratégica. Además, el uso de palabras clave relacionadas con el puesto facilita que el CV sea detectado por los sistemas de seguimiento de candidatos (ATS), lo que aumenta las posibilidades de ser seleccionado.

 

Ejemplo de CV detectable por los ATS 
Ejemplo de CV detectable por los ATS 

Cómo hacer un CV con el método Harvard

Para diseñar un currículum efectivo siguiendo este modelo, es fundamental incluir los siguientes elementos:

Información personal: Nombre completo, dirección de contacto, teléfono y correo electrónico.

Objetivo profesional: Un breve párrafo que resuma tu meta laboral y cómo tu perfil puede aportar valor a la empresa.

Experiencia laboral

  • Ordená tus trabajos en orden cronológico inverso, comenzando por el más reciente.
  • Destacá logros cuantificables (por ejemplo, “aumenté las ventas en un 20%”).
  • Usá verbos de acción como "gestionar", "coordinar" o "mejorar" para demostrar impacto.

Educación: Incluir títulos académicos y certificaciones relevantes en orden cronológico.

Habilidades: Enfocate en las competencias clave para el puesto, como idiomas, herramientas digitales o conocimientos técnicos.

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