CONSUMO

El chocolate, una golosina que suma experiencias innovadoras

En meriendas, con café y con vinos, se impone una variedad que parece no tener límites

Carla Melicci

El chocolate se abre paso, se perfecciona y, de a poco, deja de ser visto solo como una golosina para acompañar experiencias innovadoras. Así, hoy podemos encontrarlo a la hora de la merienda junto a la pastelería, al paso con un café de autor, así como también en formato de “picada dulce” junto a una copa de vino.

Si bien Argentina no es productor de granos de cacao, es uno de los países del mundo con mayor consumo de chocolates y dulces, ranking que lideran Alemania, Reino Unido, Brasil, Suecia, Suiza, Estados Unidos y España, de acuerdo con una encuesta realizada por Statista Global Consumer Survey en 2020.

En este sentido, las chocolaterías y los bares de autor empiezan a afianzar la puesta en escena del chocolate en el país, ofreciendo opciones en donde resaltan por sobre todo la calidad de la materia prima y acompañan la tendencia de consumirlo también como un alimento rico en proteínas y minerales para acompañar el día a día.

Rústico es una chocolatería de Palermo que abrió sus puertas en octubre de 2020. Con varios años de trayectoria en el mercado, Diego Armanini decidió junto a su socia Natalia Byrne ir por más y encontraron el acompañante perfecto para sus trufas, bombones y tabletas artesanales. “Mucha gente pensaba que era una cafetería de especialidad por la ventana que tenemos a la calle y nos pedían café, por eso lo incorporamos, tanto para take away como para consumir en el local”, cuenta Armanini.

Alfajor versus chocolate

 

El chocolate, una golosina que suma experiencias innovadoras
Una de las propuestas de Rústico 

 

Armanini admite que, si bien “estamos en la tierra del alfajor”, las tabletas “salen mucho”, sobre todo las de chocolate negro.

Con más de quince años en el mercado, desde Compañía de Chocolates confirman la tendencia. “Tenemos unos chocolates que la gente lleva por unidad y hay muchos clientes que comen dos o tres con el café. También hay tabletitas y bombones que se pueden elegir con el café y disfrutar al paso o directamente en el local”, comenta Lucrecia Orella, directora de la empresa que trabaja con chocolates de diferentes orígenes y con más de treinta tabletas de distintos porcentajes y rellenos.

 

 

Chocolate para la merienda

Fondeu de chocolate con toppings de panadería y frutas y la degustación de bombones son algunas de las propuestas que encierra Kakawa Chocolates, que, debido a la demanda, este año abrió el patio para sumar propuestas aparte de la bombonería habitual en Villa Crespo. “Hoy la tendencia es la merienda”, afirma rotundamente Julieta Pascale, chef chocolatier y dueña de Kakawa, en donde tienen chocolate sin gluten, apto vegano y sin azúcar agregado con diferentes porcentajes de cacao.

“Nuestras mayores reservas ocurren por la tarde, en general son parejas o pequeños grupos de amigos. Vienen para disfrutar un café o nuestros chocolates calientes y probar nuestra degustación de bombones”, añade Pascale y cuenta que, si bien son ocho en el equipo, siguen creciendo y “no dan abasto”.

 

El chocolate, una golosina que suma experiencias innovadoras
Bombones de La Compañía de Chocolates 

 

En Compañía de Chocolates remarcan que, si bien la pastelería está arraigada en la cultura argentina, hay consumidores que eligen tomarse un café con un rico chocolate porque es una opción más saludable. “Por ahí el que se cuida mucho sabe que puede comer un chocolate 70% cacao, y la verdad es que es superrico, y bueno, hay gente que elige eso antes que la pastelería para no consumir harinas o tanta azúcar”.

Picada de chocolate, por favor

Aunque la especialidad de DOC Bar de Vinos son las picadas saladas acompañadas por vino en copas, cuando abrió hace tres años se pensó en plasmar el concepto disruptivo del bar también en el postre. En este sentido, se sumó al menú una picada dulce, a base de diferentes tipos de chocolates, una opción que marida “excelente” con el vino, según explican desde el bar.

“Todo lo que es chocolate y vino queda muy bien. Quizás es medio fuerte decirle ‘postre’, pero es una manera de terminar, con algo dulce y sutil, ya que es más como picadita, para disolver en la boca, porque es de muy buena calidad”, comenta Gonzalo Álvarez, más conocido como Lonza (@panzallena.ba), uno de los dueños del local que queda en Palermo. “La aceptación siempre fue muy alta. La idea es picar chocolate, surgió así y gusta mucho, así que no lo pudimos cambiar nunca”, remarca.

Así, la picada dulce se presenta con varios cuadraditos de diferentes tipos de chocolate y también incluye algunos bombones. En este sentido, al incluir sabores marcados, desde DOC Bar explican que no marida con un vino particular.

“Sí vendemos también tabletas de chocolate, que son de un sabor, y ahí podemos recomendar algún vino que vaya mejor, lo mismo que con la picada salada”. Ver la diferencia Desde las chocolaterías afirman que, si bien hay un acompañamiento, aún falta “evangelizar” más para que el consumidor entienda qué tipo de producto se está llevando y por qué sale lo que sale.

Una tableta de chocolate 70% cacao de 50 gramos supera los $500. “Por ahí te cuestionan un poco el precio, pero, cuando explicás el concepto que encierra, lo entienden. Nuestros bombones se hacen a mano, uno por uno, se bañan, se decoran, llevan un proceso manual importante, no es un chocolate industrializado”, afirma Orella.

 

 

Esta nota habla de: