Cine nuevo en Mubi sin pasar por la pantalla grande
La plataforma dedicada a cine de autor y festivales tiene algunas de las películas más interesantes de los últimos años, filmes que no pasaron por las salas comerciales de nuestro país. Aquí, varias que dan la vuelta al mundo del cine.
Varias veces hemos recomendado aquí la plataforma Mubi, que es accesible desde la Argentina. En su catálogo de unas ochocientas películas aparecen autores contemporáneos más allá de los países "centrales" y mucho cine de festivales, ese que tiene muchas ideas (no siempre buenas, pero por lo menos nuevas) y que no encuentra salida en las pantallas comerciales. El espectador ocasional de cine -que es el que sostiene el negocio- suele creer que se trata de cosas raras, aburridas o incomprensibles. Y resulta que no: aunque son "raras" respecto de los productos más comunes de Hollywood, representan una serie de formas poco frecuentes y en general son absolutamente comprensibles. Cuando no, ofrecen ese incentivo de compartir la creación con el autor.
Algo que sucedió pandemia mediante es que varias de esas obras destinadas a festivales terminaron en Mubi como plataforma de lanzamiento global. Por ejemplo, ni más ni menos, la última ganadora de Cannes. Así que vamos a recorrer aquí algunos títulos (muy) recientes que difícilmente aparezcan, salvo algún ciclo o retrospectiva en salas como la Lugones, el Malba o el Bellas Artes, en pantalla grande. Hay bastante francés, vamos aclarando de entrada.
Veamos por ejemplo Annette. Annette es la película que abrió Cannes el año pasado y fue dirigida por Léos Carax, un realizador con una obra breve pero que marcó absolutamente el cine de su país desde sus comienzos en los 80 con Boy meets Girl (una película rodada casi totalmente dentro de un auto) y, sobre todo, con Mala Sangre, que además implicó el debut en el cine de Denis Lavant y -atención- Juliette Binoche. Annette es la historia tragicómica de una pareja y de su hija, interpretada esta por una muñeca. La pareja la integran Adam Driver y Marion Cotillard, la película es básicamente un gran musical que va de lo alegre a lo trágico, y todo es excesivo, tanto formal como emocionalmente. No hay películas así.
Tampoco hay películas como What do we see when we look at the sky? ("¿Qué vemos cuando miramos al cielo"?), del georgiano Alexandre Koberidze. Es una historia de amor entre una farmacéutica y un jugador de fútbol en tiempos de la Copa del Mundo. Pero es también un cuento de hadas donde interviene cierto hechizo que hace que los dos enamorados a punto de encontrarse cambien sus identidades de modo radical. Aunque el contexto es hiperreal (no hay, digamos, "efectos especiales"), el relato es completamente fantástico y se pregunta por la magia en lo cotidiano.
Dawson City: Frozen time, que vimos por aquí en Bafici, es una joya increíble. En un pueblo perdido del Yukón, mientras cavaban para construir un centro recreativo, alguien encontró una colección bastante bien conservada de películas de entre 1910 y 1920, muchas de ellas consideradas perdidas para siempre. El documental de Bill Morrison monta muchos de esos fragmentos que implican un maravilloso -y asombroso- viaje en el tiempo. Uno real, de hecho.
PVT Chat es una de esas películas que capturan el mundo contemporáneo. Filmada casi enteramente con cámara en mano, es la historia de un jugador de Internet que se obsesiona con una chica que hace shows porno vía cam. Él vive en Nueva York, ella vive en San Francisco y el asunto es que, después de idas y vueltas, cabe la posibilidad de encontrarse. Lo que deviene en una sátira social respecto de lo que llamamos "era digital" y cómo se mezcla con las emociones. Hay algo de scorsesiano (el primer Scorsese es quizás la mayor influencia de los realizadores jóvenes cercanos a cierto "realismo sucio") en la forma en que se plantean situaciones y diálogos, y todo está lleno de vértigo.
Un realizador que vale la pena conocer por sus películas veraniegas, soleadas y felices es el francés Guillaume Brac. À l'abordage es la historia de un muchacho que se enamora de una chica a la que pierde en la misma noche en que la conoce porque ella se va de vacaciones. Así que decide sorprenderla e ir a visitarla. Una gran comedia que es también un retrato realista que rompe cualquier estereotipo. Rara en ese sentido y querible desde el primer fotograma.
Finalmente, lo dijimos, está la Palma de Oro de Cannes,Titane, de Julia Ducournau. No nos gusta nada, pero es interesante verla: una modelo bisexual, influida quizás por una prótesis de titanio que lleva en la cabeza, es asesina serial y queda embarazada de un automóvil (sic), para luego ocupar la identidad de un joven desaparecido desde los 7 años e irse a vivir con el padre de éste (un gran trabajo de Vincent Lindon). Todo es raro, a veces violentísimo, a veces satírico. Ducournau decía que "solo quería molestar", algo que decían en los 80 los menores de 20 años. Pero si quiere saber qué consideró el jurado de la Costa Azul lo mejor del cine contemporáneo, adelante. Solo en Mubi.