GENERO Y NÚMEROS

El retroceso en diversidad: ¿Qué implicancias tiene para las empresas y sus líderes?

Los entornos diversos e inclusivos fortalecen a las organizaciones y mejoran sus resultados.

Natalia De Vita – Mentora, Speaker y Coach

En el último tiempo, las noticias internacionales han puesto el foco en decisiones que  afectan directamente los programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) en Estados  Unidos. Si bien se trata de medidas tomadas por una administración en particular, es un  buen momento para reflexionar sobre qué lugar tiene la diversidad en las organizaciones y por qué es importante preservarla.


Muchas empresas han apostado en los últimos años a promover culturas más inclusivas,  con equipos diversos y espacios donde todas las personas puedan aportar su mirada. 


Esta diversidad no es sólo un valor ético, también impacta en los resultados: permite tomar mejores decisiones, innovar, y responder a un mundo cada vez más cambiante y complejo. Cuando se cuestiona o minimiza el valor de estas iniciativas, se genera incertidumbre. 


En primer lugar, entre los equipos, que pueden sentir que se pierde un espacio de seguridad o pertenencia. Y en segundo lugar, en los líderes, que deben sostener climas laborales saludables, aún en contextos desafiantes.
 

Trabajar en Diversidad e Inclusión no significa implementar grandes planes o discursos,  sino crear entornos de respeto, donde cada persona pueda expresar sus ideas,  desarrollarse y ser reconocida por lo que aporta. Eso también es parte del bienestar.


Desde el liderazgo, mantener este compromiso es clave. Un liderazgo que escucha, que entiende las diferencias como valor, y que busca crear oportunidades reales para todos  los perfiles, es un liderazgo preparado para los desafíos actuales.


Más allá de los contextos políticos, cada empresa tiene hoy la posibilidad de revisar qué  está haciendo en relación a la diversidad. No para cumplir con una tendencia, sino  porque está demostrado que los entornos diversos e inclusivos fortalecen a las organizaciones y mejoran sus resultados.
 

Una muestra concreta de esto se ve en compañías globales que han sostenido sus políticas de inclusión incluso en contextos adversos. Por ejemplo, muchas organizaciones del sector tecnológico han redoblado sus esfuerzos en entrenamientos en sesgos inconscientes, desarrollo de talento diverso y revisión de sus procesos de selección. ¿El resultado? Equipos más motivados, baja rotación y una mayor capacidad 
de innovación frente a la competencia.
 

Incluso en América Latina, empresas de distintos sectores han comenzado a incorporar indicadores de inclusión como parte de sus evaluaciones de clima y desempeño, demostrando que la diversidad ya no es una conversación "opcional", sino un aspecto estratégico del negocio.
 

El verdadero desafío es sostener el compromiso más allá de los discursos. Implementar políticas claras, revisar procesos, capacitar a líderes y, sobre todo, escuchar activamente a quienes forman parte de los equipos. Porque nadie mejor que quienes viven las brechas o barreras para proponer ideas concretas que transformen la realidad.


La diversidad no es una moda. Es parte de la evolución del mundo del trabajo. Y seguir apostando por ella es una forma de liderar con responsabilidad

Esta nota habla de: