En el marco del estreno de la segunda temporada de House of The Dragon, el actor Tom Glynn-Carney se refirió a las polémicas de su serie predecesora. En una conversación con el medio The Independent el encargado de interpretar al Rey Aegon II Targaryen habría declarado que esta estuvo cerca de "sobre sexualizar a las mujeres".

"Supuse que lo harían, que tomarían un camino distinto, porque tal vez sí se sintió como que Game Of Thrones estuvo muy cerca de sobre sexualizar a las mujeres, y no hubiera estado bien si lo hacían en este momento. Encontré que fueron adecuadamente delicados y lo abordaron desde un ángulo mejor y más sostenible" Señaló el actor, refiriéndose al tratamiento diferente que tiene su serie en cuanto a las mujeres.

House of the Dragon, es una serie que dista de ser feminista, pero que avanza en la representación femenina, como se comentó en el Washington Post: "Da un paso adelante y se despega de la narrativa en la que las mujeres solo pueden ofrecer sus propios cuerpos porque no tienen nada más que perder ni ganar".

 

La experiencia de Emilia Clarke en GOT

A las palabras de Glynn-Carney se suman a las dichas por la estrella de Game Of Thrones, Emilia Clarke, en el 2016 para Entertainment Weekly. En ella, señaló: "Hay tanta controversia. Sin embargo, eso es lo hermoso de Game Of Thrones - su representación de las mujeres en tantas etapas de desarrollo diferentes.... Hay mujeres representadas como objetos sexuales, mujeres que no tienen derechos, mujeres que son reinas pero solo hacia un hombre, y luego también hay mujeres que son literalmente imparables y tan poderosas como podrías imaginarte".

"Entonces me duele escuchar a personas sacando de contexto a Game Of Thrones dándole un giro anti-feminista... Porque no puedes hacerle eso a esta serie. Esto demuestra el rango que tienen las mujeres y ultimadamente muestran que las mujeres no son solo iguales, sino que tienen mucha fuerza" agregó Clarke.

Sin embargo, por fuera de la pantalla la experiencia de Clarke fue muy sufrida. A lo largo de la filmación de Game of Thrones, que se prolongó desde 2011 hasta 2019, Emilia sufrió dos aneurismas, el primero en 2011, y el segundo en 2013. Ambos le significaron “el dolor más insoportable” que pasó en la vida.

Clarke confesó durante una entrevista con Big Issue que frente a la gran presión que le suponía formar parte de Game of Thrones, temía que eso detonara un tercer aneurisma, y que llegó a concluir: “Bueno, si me voy a morir, que sea en televisión”.

Por otro lado, el ambiente de grabación no fue siempre el más cómodo para ella y sus compañeras. En el podcast “Armchair Expert” del actor Dax Shepard contó que se sintió presionada por la producción para realizar las escenas de desnudos: “Tuve varias discusiones. Por ejemplo, les decía que la sábana no me cubría todo el cuerpo y ellos contestaban: ‘No querrás decepcionar a tus seguidores de Game of Thrones”. Con el paso de los años, se fue sintiendo más relajada. Asimismo, miembros del cast fueron un gran apoyo.