La deuda pública de Estados Unidos alcanzó los 36,03 billones de dólares, marcando un nuevo récord. Este aumento representa una aceleración en el ritmo del endeudamiento, ya que solo en 2024 se añadieron 2 billones de dólares al total nacional. Según el Departamento del Tesoro, la deuda actual equivale al 123% del Producto Interno Bruto (PIB), sobrepasando umbrales que, históricamente, afectan el crecimiento económico.

Esa afectación ya se percibe en la economía estadounidense:

• Mayor presión sobre las tasas de interés: Los pagos por intereses de la deuda han crecido considerablemente, alcanzando 882 mil millones de dólares en 2024. Esto supera el gasto en defensa y Medicare, y seguirá aumentando a medida que suban las tasas de interés del mercado, indica Fox Business.
• Riesgo para programas sociales: La creciente deuda complica el financiamiento de programas como la Seguridad Social y Medicare, los cuales enfrentan déficits crecientes debido al envejecimiento de la población. 
• Reducción del margen fiscal: La alta carga de intereses limita la capacidad del Gobierno para responder a crisis económicas o emergencias nacionales.

 

Desafíos para la administración Trump

La nueva gestión deberá enfrentar obstáculos significativos desde su inicio en enero de 2025. Entre las prioridades:

• Reinstalación del techo de deuda: Este límite, que expira el 1 de enero de 2025, exigirá negociaciones urgentes en el Congreso para evitar un impago que impactaría los mercados globales, indica CRFB.
• Reformas fiscales: Para estabilizar la deuda y frenar su crecimiento, se necesitarían recortes presupuestarios de hasta 8 billones en una década. Sin embargo, las promesas de campaña de Trump incluyen reducciones fiscales y aumento del gasto en áreas clave, lo que podría complicar los objetivos de austeridad.
• Confianza en los mercados: El nivel actual de deuda socava la percepción de solvencia de EE.UU., afectando su posición en los mercados internacionales y su capacidad de financiamiento a largo plazo, señala FOX BUSINESS.
  

Proyecciones

Según la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO), la deuda rondará el 106% del PIB en 2027. Sin reformas significativas, este escenario podría deteriorar la recuperación económica y aumentar el riesgo de crisis fiscal.

La administración entrante deberá balancear estas presiones con la necesidad de cumplir sus promesas electorales, en un contexto de crecimiento moderado e inflación en descenso. Este será uno de los mayores desafíos económicos de las próximas décadas.

 

Escenarios de reforma fiscal

Para enfrentar el crecimiento de la deuda, la administración Trump podría optar por reformas fiscales que abarden tanto el gasto como los ingresos. Un enfoque sería implementar recortes en el gasto discrecional, aunque este representa solo el 27% del presupuesto federal. Esto incluiría reducciones en áreas como defensa y programas educativos. Sin embargo, la verdadera presión presupuestaria proviene de los programas obligatorios, como la Seguridad Social y Medicare, que requieren reformas estructurales para garantizar su sostenibilidad. 

En cuanto a los ingresos, el Gobierno podría considerar ajustes al sistema tributario, como la eliminación de exenciones fiscales y el aumento de impuestos progresivos a las rentas más altas. Estas reformas serán más efectivas para reducir el déficit a corto plazo, pero también podrían frenar el crecimiento económico si no se implementan cuidadosamente. Otra opción sería reintroducir impuestos corporativos más altos, aunque esto podría desincentivar la inversión empresarial. De cualquier manera, un enfoque equilibrado que combine reducciones de gasto con incrementos en ingresos sería crucial para estabilizar el crecimiento de la deuda sin afectar restrictivamente la economía.