La certeza de que sin el refuerzo de sumas fijas el shock de paritarias que articuló el Gobierno no será medicina eficaz para los salarios frente a una inflación anual que se estima de piso en el 60% ya se aprecia incluso entre los sindicatos que auspiciaron la dinámica de la negociación colectiva. En efecto, no sólo la dirigencia gremial alineada al kirchnerismo reclama montos extraordinarios sino también la CGT puso el acento sobre el "alivio transitorio" de adelantar la discusión de los convenios, en su documento sobre el 1 de Mayo.

El sector sindical más afín al kirchnerismo viene reclamando esos adicionales desde hace semanas, con dardos incluso al ministro de Economía Martín Guzmán. Lo hizo Máximo Kirchner con su prédica apuntando a que "los empresarios no pongan cara de yo no fui", ante la situación económica el sábado en Baradero. La lista de dirigentes gremiales con la misma tesitura, aún sin afinidad neta en lo político en algún caso, comprende a la Corriente Federal de los Trabajadores (CFT), el Fresimona moyanista, la CTA de los Trabajadores y la CTA Autónoma.

Más que un dato es que en el Senado y Diputados se otorgaron $20.000 con la firma de Cristina Fernández y Sergio Massa, que ya percibe el personal legislativo con los salarios de abril. Entre otras voces del ala "K" se destacan el líder de los trabajadores de Curtiembres, Walter Correa: "Necesitamos que el Gobierno acompañe con un decreto reforzando los salarios y ser parte de las ganancias", aseveró. También el metrodelegado Roberto "Beto" Pianelli expuso que "paritarias hay todos los años, hace falta un bono". Sin contar los "super bonos" que negociaron en las siderúrgicas o los trabajadores del neumático, hasta la Unión Tranviarios Automotor (UTA) se refugió en los montos fijos en resguardo inflacionario y esa unión de choferes no comulga en una sílaba con los sectores kirchneristas.

Desde los datos duros, los salarios reales no son mayores a 2019 y la distribución funcional del ingreso empeoró en 2021. Los salarios de 2021 fueron un 2,3% menores a los de 2020, sin perjuicio de que los sueldos de diciembre de 2021 fueron un 1,3% superiores a los del mismo mes en 2020. Si a este cálculo se le adosa el incremento sostenido de precios de 2022 a la fecha, como las percepciones para diciembre, los salarios ante la inflación no alcanzarán ni una "derrota digna".

Echando mano a la recuperación de la economía en 2021 en valor del 10% y más allá de que mirada se fije sobre dicho número, la coincidencia es que "se perdió una oportunidad para mejorar salarios" en ese momento.

Martín Carro, economista (UBA) y docente en la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) es uno de los que sostiene esa visión. "La comparación del salario 2020 contra el salario 2021 ofrece una variación negativa, esto puede considerarse que está en el debe del Gobierno porque es una recuperación poco apropiada de los salarios".

Sobre el "shock paritario", Carro alertó que esas mejoras sufrirán la corrosión del incremento sostenido de los precios "salvo que el Estado intervenga y juegue su rol para que esto no suceda". Para el analista el escenario se complica ya que la Casa Rosada cuenta con pocas herramientas para tal fin, entre ellas el tipo de cambio, usar a las tarifas de servicios como anclas inflacionarias y no mucho más. De allí que Carro estimó muy difícil que los salarios "puedan recuperarse a corto plazo".

Ante la consulta de BAE Negocios sobre otras alternativas el economista expresó: "Se podría pensar en incrementos por suma fija, de modo que al menos los salarios más bajos recuperen algo del poder de compra, insisto, al menos en los sectores de trabajadores y trabajadoras con menores ingresos".

Y mientras tanto las guerrillas en el oficialismo tampoco ayudan a lograr reparo salarial. "Si se trata de generar expectativas de estabilización el conflicto interno del Gobierno suma incertidumbre, un valor intangible pero de neto impacto económico", asumieron fuentes del Frente de Todos.