¿Alguna vez pensaste que un día podría durar menos de 24 horas? Aunque parezca ciencia ficción, eso va a pasar este invierno. Científicos de distintas partes del mundo detectaron que la Tierra girará más rápido en tres fechas puntuales: el 9 y el 22 de julio, y el 5 de agosto. Esos días, aunque no lo notemos a simple vista, terminarán milisegundos antes de lo habitual.

El motivo está en el cielo: la Luna, al llegar a ciertos puntos de su órbita, tira de nuestro planeta con una fuerza particular que hace que la Tierra acelere su giro, como si alguien la empujara suavemente desde el costado. Esa pequeña diferencia se traduce en días apenas más cortos de lo normal, algo que puede pasar desapercibido para cualquiera de nosotros, pero que no pasa inadvertido para la ciencia.

De cuánto será la diferencia horaria

Los expertos estiman que el 9 de julio durará 1,30 milisegundos menos que un día normal. El 22 de julio será 1,38 milisegundos más corto, y el 5 de agosto, 1,5 milisegundos. 

Aunque suena a poco —y lo es—, se trata de un evento sorprendente que está cerca del récord registrado el año pasado, cuando la Tierra giró tan rápido que el día terminó 1,66 milisegundos antes de lo previsto.

Por qué importa

Porque en un mundo donde los relojes atómicos, las computadoras, los satélites y el GPS funcionan con una precisión absoluta, incluso un milisegundo puede marcar la diferencia. Estos sistemas están diseñados para sincronizarse con la duración exacta de cada día, así que cuando hay cambios, aunque sean mínimos, los científicos deben ajustar todo para que no haya errores.

Además, los investigadores están intrigados. Según Leonid Zotov, especialista en rotación terrestre, este comportamiento no estaba en los planes: “Nadie esperaba esto (...) la causa de esta aceleración no se explica”, dijo desde la Universidad Estatal de Moscú.

¿Qué está pasando con la Tierra?

La aceleración del planeta podría estar influida por varios factores:

• La posición de la Luna, que modifica la forma en que gira la Tierra según cuán al norte o al sur se ubique.
• El movimiento interno del planeta, ya que el núcleo está en constante cambio.
• Las corrientes del océano y el clima, que también afectan el equilibrio del planeta.

Todo esto se mide con relojes atómicos, herramientas tan precisas que pueden detectar hasta el más leve cambio en los 86.400 segundos exactos que componen un día.

Según el portal Timeanddate.com, que sigue estos datos de cerca, desde 2020 ya se rompió el récord de rotación rápida 28 veces. Y todo indica que en 2025 podría superarse otra vez.